El número de bajas laborales por contingencias comunes –enfermedades comunes y accidentes no laborales– en Castilla-La Mancha durante 2018 fue de 136.152, con una duración media de 45,8 días por proceso, según los datos del Observatorio de Absentismo en la región de Asepeyo.
Si se hace un cálculo estimado con una jornada media anual de 1.800 horas, salen un total de 6,2 millones de días de baja, que equivalen a la jornada anual de 28.357 trabajadores.
Este absentismo laboral es una de las principales preocupaciones de las empresas, según indica Asepeyo, ya que crece por encima de la afiliación a la Seguridad Social e incide negativamente en la productividad y genera altos costes y pérdidas.
Las cifras se desprenden del Observatorio de absentismo de Castilla-La Mancha 2018, presentado este martes en Toledo por el director territorial de Asepeyo, Constantino Perea, según el cual las bajas laborales en la región aumentaron en un 8,8% en el 2018, el doble que el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social, que creció en un 4,3%.
Aún así, sostiene que la duración media de estas bajas es 5 puntos por debajo de la nacional. En la región, más del 60% son inferiores a 15 días.
Según los datos, los sectores de actividad con mayor número de bajas laborales son el transporte y almacenamiento; los de menor, los de educación y actividades científicas y técnicas. Sin embargo, este es el sector que más crece, situándose en un 29,6%.
El 49% de las bajas se tramitan los lunes y martes, y más de la mitad ocurren en trabajadores con tres o menos años de antigüedad en la empresa. Según los datos, el 1,1% de los trabajadores acumula el 17,7% de las bajas.