El valor de la vivienda terminada (nueva y usada) en España se ha situado en los 1.315 euros por metro cuadrado al cierre de 2020, cifra que supone una caída del 1,7% en comparación con 2019 y un descenso acumulado en el precio medio de la vivienda desde el inicio de la pandemia del 2,3%, según la estadística Tinsa IMIE Mercados Locales.
Para el caso de Guadalajara, la cosa está peor. La provincia es una de las diez, según Tinsa, que tiene aún un precio medio inferior al 50 por ciento de lo que llegaron a alcanzar en 2007, en los máximos previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. Las otras provincias que acompañan a Guadalajara en esta misma condición son Almería, Huelva, Zaragoza, Ávila, Cuenca, Toledo, Lérida, Tarragona y La Rioja.
Ajustes de precios, a la baja, en el año del COVID
En las dos mayores capitales españolas el ajuste de precios supera el 5%. De hecho, Madrid muestra un ajuste desde marzo del 6,7% y del 6,3% respecto a 2019, mientras que en Barcelona el precio de la vivienda ha caído un 5,2% desde el primer trimestre y un 5,8% en comparación con hace un año.
Por comunidades autónomas, La Rioja (-20,1%), Extremadura y Castilla y León (-11%), Aragón (-10,4%), Andalucía (-10%) y Navarra (-8,8%) han mostrado los mayores descensos, tanto interanuales como durante la pandemia. Por el contrario, Baleares (-3%), País Vasco (-4,2%) y Asturias (-4,9%) han destacado por ser las regiones que mejora han mantenido su precio.
Teniendo en cuenta el precio, las provincias más caras de España son Guipúzcoa (2.408 euros por metro cuadrado), Baleares (2.232 euros), Madrid (2.181 euros) y Barcelona (2.072 euros), frente a Ciudad Real (611 euros), Cuenca (648 euros) y Teruel (649 euros), que destacan por ser las más baratas.
Malas previsiones
De cara a 2021, se piensa que la demanda seguirá sujeta a la evolución de la pandemia y a los daños acumulados en la economía española, así como a su capacidad de recuperación, la del resto de Europa y la vuelta de cierta normalidad en la movilidad internacional.
Con todo, la indefinición es notable por factores ajenos a los puramente económicos.