El 20% de los castellanomanchegos estaría dispuesto a implantarse un chip en el cuerpo para sustituir al smartphone y sus funciones. En este sentido, el almacenamiento de datos (51%), disponer de una cámara integrada (36%) y contar con un GPS (35%) son las funcionalidades preferidas de los castellanomanchegos para instalarlas en su cuerpo.
Éstas son algunas de las principales conclusiones que se extraen del informe 'Y después de los Smartphone, ¿qué? Ciudadano Cyborg', realizado por Línea Directa.
A pesar de que muchos ciudadanos se muestran abiertos a convertirse virtualmente en cyborgs, también señalan las desventajas que conllevaría implantarse un chip. En este sentido, que terceros tengan acceso a información personal (59%), posibles problemas de salud por tener un cuerpo extraño en el organismo (55%) y no poder desconectar digitalmente (54%) son las principales desventajas señaladas por los encuestados de Castilla-La Mancha.
Por otro lado, estar siempre localizables (36%) y no tener que llevar dispositivos físicos encima (27%) constituirían las ventajas preferidas por los castellanomanchegos.
Pero las objeciones a tener que ceder datos a terceros se reducen si se obtienen ventajas económicas. De hecho, casi un tercio de los españoles (32%) dejaría que las empresas monitorizaran sus hábitos de vida a través de un chip integrado en su cuerpo a cambio de obtener importantes descuentos en sus productos y servicios.
Muchas más dudas despiertan la posibilidad de prolongar indefinidamente la vida a través de la tecnología cyborg. De hecho, el 11% de los ciudadanos castellanomanchegos no son partidarios de hacerlo, por considerarlo "contrario a la naturaleza" y conllevar graves consecuencias sociales. No en vano, el 60% de los encuestados en Castilla-La Mancha piensa que, de generalizarse la tecnología cyborg, sólo los más pudientes podrían acceder a ella, condenando a los más desfavorecidos a una muerte prematura.