Guadalajara tiene una larga tradición de derribo de edificios, desde los más humildes a los más señeros. Uno de ellos, que terminó de caer bajo la piqueta hace un siglo, es la iglesia de San Gil, en la actual Plaza del Concejo.
La de su abandono hasta que se tomó la decisión de arrasarla es una triste historia, de la que dará numerosa información Pedro José Pradillo Esteban este martes, en la Sala Tragaluz del Teatro Auditorio Buero Vallejo. La conferencia comenzará a las siete de la tarde y está abierta a todos los interesados sin más limitación que el aforo del local.
Pradillo es técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Guadalajara y uno de los mejores conocedores de la historia de la ciudad y de sus edificios perdidos.
De la vieja iglesia de San Gil sólo queda el ábside mudéjar, del siglo XIII, a la sombra del antiguo Edificio Negro, hoy «Arriaca Digital».
Allí se reunía el concejo medieval, de ahí su actual nombre, y era el centro de Guadalajara antes de que la mayor relevancia la consiguiera la cercana Plaza Mayor.