Los vecinos del pequeño municipio de La Toba celebraron este sábado una asamblea para decidir si llevan su queja a una movilización en Toledo, después de conocer la paralización del arreglo y mejora de la carretera CM-1053, en mal estado desde hace décadas, al detectarse la confluencia de varias vías pecuarias.
Más allá de la protesta concreta, lo cierto es que llevan años esperando esta obra. El pasado mes de mayo desde la Consejería de Fomento se habló de plazos, del inicio para este mismo 2023 y de una ejecución de 18 meses y ahora, de nuevo, «otra promesa incumplida» y una obra que se va a sustituir, de momento, por actuaciones extraordinarias de conservación de los tramos que se encuentran en peor estado.
Al alcalde de La Toba, Javier Cantero, pese a que hay un compromiso desde la Delegación de Fomento en Guadalajara de que se hará la obra anunciada en su momento, le da la impresión de que a alguien no le interesa que se haga y tiene claro que no se trata de una decisión técnica sino que «hay una voluntad política detrás». «Lo tenemos superclaro», ha señalado en rueda de prensa.
En cuanta a la actuación que se quiere acometer ahora, la califica de «parcheo» y aunque reconoce que es mejor que dejarse los amortiguadores, «no es la solución» porque «en algunos sitios de la carretera el asfalto ha desaparecido y ya no queda ni la zahorra, se ve la tierra».
Javier Cantero pide a la Administración regional, a título personal, que «dé marcha atrás» a esta decisión y que se arregle y mejore esta vía porque «rectificar es de sabios». Y eso es lo que propondrá en la asamblea de este sábado en La Toba, de donde saldrá una decisión al respecto.