Las nueve autopistas de peaje ‘rescatadas’ por el Estado y que explota el Ministerio de Transportes, entre ellas la R-2 que une Guadalajara con Madrid, generarán alrededor de 100 millones de euros de ingresos este año a pesar de la crisis, según Seittsa, la empresa pública de este Departamento que tiene encomendada su gestión.
Este importe superará así en un 31% al de 76,2 millones el facturado en 2019, primer ejercicio tras la bajada del 30% en el precio del peaje que se aplicó a comienzos de ese año para estas vías, que además pasaron a ser gratuitas en horario nocturno.
La compañía del Ministerio que dirige José Luis Ábalos, convertida en nueva empresa nacional de autopistas, avanza en su gestión en tanto el Gobierno tiene aún pendiente de determinar la ‘factura’ que el Estado debe asumir tras su ‘rescate’ a las exconcesionarias, un monto que está empezando a determinar, pero que probablemente acabarán fijando los tribunales ante la disparidad de criterio entre el Estado y las empresas.
El impacto de la crisis
En cuanto a la crisis, que tiene especial afectación en el sector del transporte y la movilidad, Seittsa reconoce que «tendrá un cierto impacto en el volumen de tráfico» de las autopistas, «si bien se tomarán las medidas oportunas que permitan corregir dicha situación», asegura la firma en su informe anual de 2019 que acaba de publicar.
Así, en cuanto a la evolución para 2020, Seittsa indica que «los ingresos previstos en la explotación de autopistas de titularidad estatal superarán los 99 millones de euros».
Se trata de las cuatro autopistas radiales de Madrid, la M-12 que conecta la capital con el aeropuerto de Barajas, la M-41 que enlaza Madrid y Toledo, la AP-36 entre Ocaña (Toledo) y La Roda (Albacete), el tramo de la AP-7 entre Cartagena y Vera, y la Circunvalación de Alicante.
Respecto a la gestión en 2019 de estas vías, que suman unos 500 kilómetros de longitud, alrededor de una quinta parte del total de la red de pago, Seittsa destaca que la rebaja en el peaje impulsó una media del 12% su tráfico, que se disparó un 40% en horario nocturno, un 46,7% en el caso de los camiones.
De esta forma, las autopistas rescatadas generaron el pasado año ingresos por 76,27 millones de euros, un 2,8% más que el ejercicio precedente.
Los incrementos oscilaron entre el aumento de usuarios del 3,3% de la M-12 y el del 25,7% de la Madrid-Toledo, si bien en una de ellas descendió, en la Ocaña-La Roda, un 29,8%.
Así, las vías concluyeron el año con un resultado de explotación conjunto de 29,5 millones, un 40% menos, por el aumento que Seittsa afrontó en los gastos tanto de personal, al asumir las plantillas de las autopistas, como de servicios exteriores, como son el suministro eléctrico y de seguros, «necesarios para garantizar el adecuado servicio en las vías».
La Madrid-Toledo, sin remedio
Por autopistas, sólo dos concluyeron el año en pérdidas, la Madrid-Toledo, de 744.300 euros, y la M-12 (548.982 euros). Las mayores ganancias las cosecharon las cuatro radiales y la AP-36, al reportar beneficios de entre 3 y 4 millones de euros, respectivamente.
En cuanto a los ingresos, los mayores los contabilizaron la R-3 y R-5, que forman una misma concesión, facturaron casi 20 millones de euros, y las otras dos radiales, con 11,5 millones la R-4 y otros 11,9 millones la R-2.
A pesar de ello, Seittsa, que invertirá 53 millones en el mantenimiento de las vías este año, defiende la «gestión individual» de las autopistas, que tiene encomendadas en principio hasta finales de 2022.