El consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha apuntado que en el segundo cuatrimestre de la pandemia de COVID-19 se han registrado diez veces menos muertes en residencias de mayores de Castilla-La Mancha que en los primeros cuatro meses. Según sus cuentas, de agosto a octubre habrían perdido la vida 133 residentes en centros de la región, mientras que en el primer cuatrimestre la cifra superó los 1.300 ancianos víctimas mortales del coronavirus desde que el 29 de febrero se detectara el primer caso en Castilla-La Mancha. Y siempre según las cifras oficiales.
De nuevo un peligro claro para los más mayores
En todo caso, Fernández Sanz ha reconocido que el perfil de paciente está volviendo a virar hacia personas más mayores. «El perfil antes era de paciente más joven, pero la transmisión ya es comunitaria y crece más el contagio entre los mayores», ha indicado.
En rueda de prensa, ha defendido además que si bien la media de nuevos casos diarios está escalando hasta los 900 positivos en la región, la capacidad asistencial está soportando mejor esta segunda ola. Así, mientras en los peores momentos de primavera los hospitales de la región tenían más de 4.000 pacientes de COVID ingresados y más de 400 plazas de UCI ocupadas, en la actualidad hay 750 camas ocupadas en planta y en ningún momento se han superado las 80 de UCI ocupadas entre las cinco provincias.