Ecos, ecos y más ecos de lo dicho por García-Page este martes. De entre lo más curioso de las últimas horas, el «casi silencio» de la siempre locuaz y expresiva María Jesús Montero.
La ministra de Hacienda y Función Pública ha evitado este miércoles emitir su parecer sobre las críticas del presidente de Castilla-La Mancha a la reforma de la malversación pactada por el PSOE y ERC. Ha justificado esa inopinada discreción la sevillana en su «sentido de la lealtad y del respeto».
En declaraciones ante los medios en el pasillo del Congreso, Montero se ha limitado a señalar que su «sentido de la lealtad y del respeto» le «impide dar» su «opinión públicamente», insistiendo en que la opinión del presidente castellanomanchego es la suya, igual que la que pueden tener otros barones socialistas, como el aragonés, Javier Lambán… y rehusando dar más detalles.
Cosas veredes, «chiqui».