Las agendas de los políticos tienen cosas como estas: dos conocidos durante décadas con carnet del mismo partido, ambos con cargos de relevancia en la política española y coincidiendo él y ella el mismo día sobre un mismo espacio físico concreto tendrán excusa para no saludarse personalmente. Hablamos de Isabel Rodríguez y de Emiliano García-Page.
Será a las once de la mañana cuando, en Brihuega, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana presida la inauguración de las obras de restauración de la muralla, solado, capillas y lienzo sur del albacar del Castillo de la Peña Bermeja. La ministra estará acompañada por la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, y el alcalde de Brihuega, Luis Manuel Viejo Esteban, así como de otras autoridades locales y regionales. Con alguna ausencia notoria, claro.
No estará García-Page entre quienes la cumplimenten, ya que a esa misma hora, las once de la mañana, comparece en Marchamalo para inaugurar, como presidente de Castilla-La Mancha, las obras de modernización y mejora del CEIP ‘Cristo de la Esperanza’.
Previamente ya habrá pasado por Yunquera de Henares, donde a las 10 de la mañana inauguraba el nuevo gimnasio del CEIP ‘Virgen de la Granja’. Y a las doce y media de la mañana cerrará su gira campiñera en Cabanillas del Campo, donde le recibirá el alcalde García Salinas para colocar la primera piedra del nuevo centro de salud de esta localidad, una instalación reclamada desde hace casi décadas.
Queda claro que en la política española actual es frecuente la falta de coincidencia ideológica, estratégica e incluso geográfica llegado el caso. Incluso entre cercanos, sobre todo cuando no lo son tanto.
La distancia que separa a Isabel Rodríguez y a Emiliano García-Page son 36 kilómetros… y algo más.
