Los campos de lavanda de Brihuega se acercan en estas fechas a su punto álgido de madurez, alcanzando su máximo esplendor antes de ser cosechados. De ahí que estos días sean los de más afluencia de turistas en la comarca.
Y es que la comarca produce más de cinco millones de plantas y ocho millones de toneladas la producción "un 50 por ciento de la de toda España, algo inimaginable hace algunos años", tal y como relatan a Europa Press para LA CRÓNICA los hermanos Corral, Juan y Javier, culpables del germen que hace varios años sirvió como inicio de lo que hoy es un Festival Internacional consolidado en torno a esta aromática planta.
Según indican, aunque hoy por hoy es imposible competir en producción con La Provenza francesa, la intención es seguir escalando a los primeros puestos. "Francia sigue siendo la cuna de la perfumería por su producción y por algo tan importante como su tradición centenaria", recuerdan.
Esa tradición "también ha existido en España", algo que unido a "la gran calidad" de las plantas españolas provocan la "buena acogida" del producto alcarreño en mercados internacionales. "Brihuega es ya sinónimo de alta calidad".
El continuo crecimiento de un tiempo a esta parte del sector conlleva que ya más de 200 familias puedan vivir de estos cultivos durante gran parte del año, con lo que Juan y Javier consideran que se ha conseguido "revitalizar el sector agrario de toda una comarca".
La lavanda, aunque en su origen era una planta silvestre, hoy es un cultivo totalmente contralado "que necesita de muchos cuidados desde la preparación en viveros, la plantación, la recolección y por último la destilación".
También destacan la "revitalización turística" que conlleva no sólo el tratamiento del cultivo sino también el Festival de la Lavanda que alcanza la próxima semana su octava edición, "ya una cita indispensable del calendario estival".
Hasta el punto de que el pasado año, Brihuega "fue uno de los destinos más visitados de Castilla-La Mancha y de los que mayor repercusión internacional consiguieron".
HACIA UNA DENOMINACIÓN DE ORIGEN PROPIA
En cuanto a las características climáticas particulares de la lavanda guadalajareña, detallan que la altitud, su suelo calcáreo y poroso así como su tradición centenaria en el extracción de los aceites esenciales en general "y su extremada calidad" hacen que su producto tenga "algo especial".
"Estamos trabajando para obtener la Denominación de Origen tanto para la lavanda como para el lavandín", aseguran los productores, confiado en que en estos momentos hay previsión de crecimiento de este cultivo, ya que el precio en el mercado de la lavanda es "sensiblemente superior al de cereal".
En todo caso, indican que hay que tener en cuenta que este producto "requiere mucho más cuidados y mucha más inversión" que otro tipo de cultivos.
Por ello, su crecimiento "siempre estará supeditado a agricultores que apuesten por este nuevo cultivo y por la disponibilidad de terreno en la comarca".
CONTRA LA DESPOBLACIÓN
La posibilidad de desarrollar este cultivo hace pensar que pueda ser un buen arma contra la despoblación, según los hermanos Corral. "Estamos viendo cómo en toda la España rural se extiende la gran amenaza de la despoblación; la revitalización de la actividad económica en las zonas rurales es importantísima a la hora de facilitar el arraigo de la población en los pequeños pueblos de la zona, y hoy por hoy Brihuega supone, aproximadamente, el 50% de la producción nacional cifra que aumenta año tras año".
Un cultivo pionero en España de una de las flores más codiciadas en la cosmética por sus importantes principios activos.