La directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria de la Consejería de Sanidad, María Teresa Marín, ha admitido este martes que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha «seguro» que ha «dejado de atender» a pacientes con enfermedades raras y situaciones de cronicidad, tanto desde el punto de vista de servicios sanitarios como de los sociales a causa de la pandemia del COVID-19.
Así lo ha admitido la responsable del SESCAM antes de participar en la inauguración del curso de verano ‘La atención a pacientes con enfermedades raras y acceso a los medicamentos huérfanos después de la pandemia por COVID-19‘ que se celebra en el campus de Toledo, donde ha destacado la idoneidad de esta acción, de la que confía salga la «reorientación» que las administraciones necesitan para volver a poner el foco en la atención a estas patologías.
Respecto al número de personas afectadas en la región por enfermedades raras, ha explicado que no hay un registro obligatorio y formal de enfermedades raras y que cualquier dato que se recibe siempre va a ser aproximativo.
Marín ha precisado que en Castilla-La Mancha la despoblación y la dispersión geográfica son añadidos a la dificultad de acceder a los recursos sanitario que, además, muchas veces, ni siquiera está en la propia región pues la incidencia de las enfermedades no permite que exista un conocimiento suficiente por parte de los clínicos. «En muchos casos incluso no existen recursos porque no hay volumen. Estamos hablando de enfermedades en esta región con un paciente».
Esto, ha proseguido, da una idea de la enorme complejidad de atender a este colectivo tan amplio, porque la incidencia de enfermedades es muy baja mientras que el numero de enfermedades raras ronda las 7.000, o incluso hay quien habla de 8.000.
«Si se multiplica el número de personas afectadas y de familias afectadas, es muy alto. Hay que tener en cuenta que muchas aparecen en la infancia, o incluso en el nacimiento, y hay que hacer acompañamiento a lo largo de toda la vida de apoyo sanitario y servicios sociales», ha detallado.
En torno al 3% de la población de Castilla-La Mancha se podría ver afectada por enfermedades raras.