Se sabe desde hace muchos años, el proyecto parecía interminable pero el momento ha llegado: murcianos y alicantinos no van a ser los únicos que se aprovechen del agua de Entrepeñas. De un modo similar al de los destinatarios del Trasvase Tajo-Segura, los municipios beneficiarios de la llamada «tubería manchega» están casi en condiciones de empezar a recibir derivaciones desde los embalses de cabecera. Concretamente, el pueblo de Las Mesas será el primero que se sume al convenio entre la Junta y el Estado.
De hecho, Las Mesas, un pueblo manchego dentro de la provincia Cuenca, es el primero que ha completado los trámites para adherirse al convenio entre la región y el Ministerio de Transición Ecológica. Con ese documento firmado y rubricado ya es posible abrir el grifo de la tubería manchega y abastecerse de agua de la cabecera del Tajo. La justificación ecológica es que así se aliviará la presión en los acuíferos de la cuenca alta del Guadiana, tras décadas de intentos vanos para controlar los pozos ilegales.
La Junta busca pueblos que se adhieran
En una entrevista en el programa ‘A pie de campo’ de Radio Castilla-La Mancha, el consejero Martínez Arroyo ha recordado que se necesita la adhesión de municipios que representen al menos 80.000 habitantes en esta zona de La Mancha compartida por las provincias de Albacete y Cuenca. Por de pronto, Las Mesas no llega a 3.000 vecinos. El responsable regional de la Consejería de Agricultura ha hecho un llamamiento a localidades con mucho más peso poblacional, como Villarrobledo, Las Pedroñeras o San Clemente, para conseguir superar ese requisito.
Faltan ramales por terminar
Mientras, el Estado se ha comprometido a finalizar los ramales pendientes de la tubería. «Vamos a seguir trabajando. Vamos despacio, pero vamos bien, por la senda», ha resumido el consejero.
Martínez Arroyo ha pedido también al Ministerio para la Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera que abra los pozos de Daimiel para inundar Las Tablas, que actualmente cuentan solo con 50 hectáreas encharcadas, algo que «no se puede permitir».