Castilla-La Mancha seguirá perimetrada. Desde el sábado retrasa el toque de queda, que será desde la medianoche –una hora más tarde que en la actualidad– a las 6.00 horas, según el nuevo decreto de medidas para hacer frente a la pandemia de coronavirus aprobado este jueves en Consejo de Gobierno Extraordinario y que entrará en vigor en la región el 10 de abril.
Así lo ha adelantado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, durante su intervención en un debate general sobre la gestión del Ejecutivo y las consecuencias para la región tras un año de pandemia presentado por el Grupo Popular, donde ha aprovechado para desgranar el contenido del decreto que se publicará al término de este viernes.
Además, el número de personas que podrán estar tanto en interiores como en exteriores de establecimientos públicos se establece en seis, como ha señalado Fernández Sanz, que ha indicado que la nueva instrucción ya ha sido comunicada a las delegaciones provinciales de Sanidad. Según el riesgo, se tendrán más en cuenta las restricciones en interiores.
En la provincia de Guadalajara, pueblos como Horche, Yunquera o Alovera tienen cerrados completamente los establecimientos de hostelería, por la expansión del virus en esos municipios.
Cambios en casi todas las regiones
Estas nuevas medidas se adoptan toda vez que las restricciones aprobadas por la casi totalidad de las comunidades autónomas por Semana Santa expiran este viernes, 9 de abril, y después de haber adecuado lo que se aprobó en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), a la situación de Castilla-La Mancha.
Entre los «muchos» criterios que tiene en cuenta la región se encuentra, como ha especificado el titular de Sanidad, el de la Incidencia Acumulada (IA), que se considera de riesgo «muy alto» cuando a siete días es superior a 250 por cada 100.000 habitantes; alto entre 150 y 250, riesgo medio entre 75 y 150 y riesgo bajo cuando la IA es de 50 a 75.