La creciente especulación que se está generando en la provincia de Guadalajara con los proyectos de plantas de energía solar es un hecho. Y bastante irreversible, como comprobarán los hijos de los actuales guadalajareños. Viene sucediendo desde hace años, pero es que ni la pandemia ha paralizado el propósito de sembrar de grandes paneles los parajes más próximos a Madrid y su conurbación. Y ahí, claro está, Guadalajara es una objetivo prioritario.
Entre los defensores de las «energías limpias» hace ya tiempo que también se desató la alarma por lo que tiene trazas de una especulación desaforada, con con la colaboración de no pocos políticos. En estos días, Ecologistas en Acción de Guadalajara ha reconocido que acaba de contratar a una abogada y ha creado un equipo de 12 personas voluntarias para poder leer, analizar y elaborar escritos de alegaciones al aluvión de proyectos de energías renovables que se plantean en la provincia.
Si en su día lo prioritario era moverse mediante el sol y el viento frente a los combustibles sólidos o la energía nuclear, los viejos aliados son ahora enemigos declarados.
Desde el pasado mes de noviembre, Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a proyectos de fotovoltaica y eólica que afectan a municipios como Jadraque, Almadrones, Yebra, Algora, Torremocha del Campo, Galápagos, El Casar, Valdegrudas, Yunquera, Alovera, Villanueva y Quer, entre otros.
En cartera tienen ya los escritos los escritos para los 13 proyectos que afectan a Budia, San Andrés del Rey y Peralveche, así como para Alcolea del Pinar y Caspueñas. «El impacto socioeconómico, y sobre todo el ambiental, no será compensado por el posible beneficio que puedan generar estas plantas» destacaban este lunes desde Ecologistas en Acción.
Críticas a la Junta
Desde esa asociación ambientalista muestran su sorpresa por «la ausencia de un plan, por parte de la administración castellanomanchega, para reducir los consumos, sustituir energías contaminantes por menos contaminantes, aprovechar las miles de hectáreas de tejados y azoteas disponibles en los núcleos urbanos e industriales, que permita encauzar y gestionar adecuadamente proyectos como estos» que. en opinión de Ecologistas en Acción. «generan un problema, por mucho que se nos muestre como una oportunidad».
Con perspicacia, apuntan a la mecánica habitual de las compañías del sector, que ya se ha comprobado por estos mismo pagos: «Las grandes empresas eléctricas que han aterrizado en nuestra provincia anuncian la construcción de megaplantas con bastante antelación para subir en bolsa y recibir fondos europeos, y utilizan técnicas para conseguir terrenos, e incluso modificar futuros espacios protegidos, dignas de un manual de burladores de los resquicios legales».
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