El pasado mes de octubre de 2020, LA CRÓNICA lanzaba un SOS por unas aves en trance de extinción. No se trataba de rapaces ni de ejemplares exóticos, aunque sí escasos. Ahora, el balance es más positivo que entonces.
La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural ha impulsado en todo este tiempo la reintroducción de la gallina negra castellana, una raza en peligro de extinción, en el medio rural, a través de un programa de recuperación. Los trabajos se desarrollan desde el Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo.
Desde allí, los funcionarios implicados promueven la recuperación, conservación y potenciación de determinadas razas ganaderas presentes en la región catalogadas por el Ministerio de Agricultura como Razas Autóctonas en Peligro de Extinción. Ese es el caso de esta gallina de plumaje negro, patas de color pizarra, que pone unos huevos blancos de gran calidad y que se adapta perfectamente a la climatología de la provincia de Guadalajara.
La castellana negra es una de las razas europeas de gallinas más antigua. Pronto viajó a América y también fue implantada en Flandes, cuando era dominio español. De hecho, muchas de las actuales gallinas de color negro que existen en Europa proceden de la castellana negra. Su estándar se definió en 1926. Ha pasado de ser una de las razas de gallina más utilizada en España para la obtención de huevo de color blanco a casi desaparecer, coincidiendo con la avicultura industrial, en favor de la raza Leghorn.
La gallina castellana negra está incluida en el Programa Nacional de conservación, mejora y fomento de las razas ganaderas (Real Decreto 2129/2008) y figura en su anexo I (modificado por Orden ARM/574/2010) en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, catalogada como especie aviar en peligro de extinción.
Diez gallinas «pioneras»
El proyecto de recuperación partió con tan solo diez gallinas. Se centra en incubar huevos a pequeña escala, para posteriormente distribuir los pollos de tan solo un día de vida de forma gratuita, sobre todo a nivel rural, para repoblar la provincia con estos animales que en su día fueron sustituidos de las explotaciones por otras razas híbridas, menos adaptadas al territorio y climatología pero con un mayor rendimiento económico.
Desde el inicio del programa de recuperación, se han repartido ya más de 6.000 pollos y cerca de 1.400 huevos engallados para su incubación. los receptores han sido casi medio millar de interesados en recuperar esta especie en sus explotaciones, en 183 localidades de la provincia de Guadalajara.
Una vez se consolide en la provincia, se continuará el trabajo ampliando la reintroducción de estos ejemplares al resto de la Comunidad Autónoma, según ha informado la Junta de Comunidades.
Desde el Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo, se está también en contacto con organizaciones que desarrollan una labor similar a nivel nacional, como es Ganeca, para lograr la recuperación, mejora y divulgación de la gallina castellana negra.