El domingo, 23 de agosto, se ha celebrado en Sigüenza la fiesta de su Patrona, la Virgen de la Mayor. «Celebración» es más un adjetivo retórico que una realidad, al menos en la comparación con cualquier otro año. El coronavirus sigue mandando y limitando la vida de todos.
La misa solemne se ofició a las 12 horas del mediodía, presidida por el obispo diocesano, monseñor Atilano Rodríguez, y concelebrada por el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, seguntino de nacimiento y miembro de la Cofradía de la Virgen de la Mayor. La novedad impuesta por el COVID-19 fue un circuito cerrado de televisión, con seis monitores repartidos por la catedral, incluida la anexa iglesia parroquial de San Pedro. Se trataba así de evitar aglomeraciones, repartiendo a los fieles por todo el templo. Aun así, la asistencia fue más que numerosa, como se puede apreciar.
Sin ofrenda ni procesión
Por la pandemia ya no hubo ofrenda floral el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción. Este 23 de agosto tampoco se celebró la procesión de los faroles, que data de 1928 y ya fue declarada de interés turístico regional en 2006. Se recordó, eso sí, por las redes sociales con imágenes de ediciones anteriores. Como sustituto, el Cabildo Catedralicio programó el rezo del rosario a las nueve de la noche del domingo, ante el altar de la Patrona y previo repique general de las campanas de la catedral.