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22 noviembre 2024
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La familia de la asesinada en Alovera coincide en que el acusado era «celoso» y la controlaba

En la vista ha salido a relucir en distintas ocasiones la denuncia presentada en el 2006 por la víctima contra el acusado, fijándose una orden de alejamiento que finalmente ella retiraría posteriormente porque él la llamaba para que la retirara y "al final, cedió y se reconciliaron". "No sé por qué", ha subrayado la madre, actualmente en tratamiento psiquiátrico.

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Los padres y hermano de la víctima han declarado este miércoles en el juicio seguido en la Audiencia Provincial de Guadalajara por el apuñalamiento con resultado de muerte de N.C.G a manos de su marido A.M.C. en mayo de 2021, coincidiendo en afirmar que el autor confeso era «muy celoso» y que por eso ella dejó la cafetería de Azuqueca en la que estuvo trece años porque él no la dejaba trabajar allí.

«No entiendo por qué ha hecho estas cosas», ha señalado la madre, que ha manifestado no comprender la razón por la que el marido de su hija acabó con la vida de una chica que ha definido como «buena, muy trabajadora y que amaba mucho los animales» e incidiendo en que cuando iba a su casa, él la llamaba para ver a qué hora volvía y saber cuánto se iba a quedar.

Según su madre, ella llegó de Rumanía a España para trabajar y nunca ha dejado de hacerlo y, aunque al principio la relación con su esposo «iba bien», llegó un momento en el que, pese a que a ella no le contaba muchas cosas para no preocuparla porque está mal del corazón, sabía que su hija no estaba bien y llegado un momento le dijo: «Ya no puedo más».

De hecho, según ha explicado, cuando decidió abandonar la casa en la que vivía con su marido, pidió al padre que la acompañara a coger ropa porque tenía miedo y tanto la madre como el progenitor han aseverado que si volvió a su piso con él fue por los perros, porque uno estaba enfermo y «por ellos hacía todo».

En la vista ha salido a relucir en distintas ocasiones la denuncia presentada en el 2006 por la víctima contra el acusado, fijándose una orden de alejamiento que finalmente ella retiraría posteriormente porque él la llamaba para que la retirara y «al final, cedió y se reconciliaron». «No sé por qué», ha subrayado la progenitora, actualmente en tratamiento psiquiátrico.

«Nos dijo que todos los días la estaba regañando y que ya no podía vivir con él», ha señalado su padre, coincidiendo con la madre en que dejó el trabajo que tenía en un bar porque «el señor estaba celoso y no le gustaba que estuviera allí».

«A mí nunca me ha caído bien. Siempre ha sido una persona agresiva», ha señalado por su parte el hermano de la víctima, añadiendo que cuando iban a su casa a comer él había escuchado como su cuñado le decía a ella expresiones como «calla, inútil, que no sabes hablar».

Y, al igual que sus padres, ha manifestado que no le gustaba que ella se arreglase porque él era celoso. «No le dejaba salir ni con las amigas ni con nosotros, tenía miedo de que contara algo de casa, y le controlaba el móvil». De hecho, él la enseñó a cambiarle la clave al móvil. «No tenía intimidad», ha insistido.

«UNA BRONCA TREMENDA»

También ha prestado declaración este miércoles como testigo la vecina que llamó al 112 y compañera de trabajo de la víctima, que fue quien escuchó gritos de ella y se asustó, por lo que llamó a la Policía y a Emergencias, donde le dijeron que iban para allá y que ya habían recibido alguna llamada más.

En su llamada indicó que creía que él la estaba pegando porque la oía llorar y «una bronca tremenda» en la casa y pidió que vinieran lo antes posible, insistiendo también en que él era un hombre celoso «por el tema de maquillarse y todas esas cosas».

Y aunque no ha negado que los dos eran dos personas de carácter y que en alguna ocasión había escuchado insultos recíprocos en otras discusiones, ha coincidido también en que la víctima «borraba sus conversaciones de whatsApp». «Intuyo que por si él le espiaba el móvil que no viera lo que hablara conmigo», ha dicho. De hecho, ella misma le cambió el pin en varias veces a petición de su amiga.

También ha declarado la doctora que llegó con la UVI móvil a atender a la víctima el día del suceso, quien ha asegurado que fue «una de las más duras escenas» que ha visto en su vida. «Era una mujer sana, joven y muerta sin motivo, alguien que no tenía que haber muerto de esa forma».

La cuñada de la víctima, que también trabajaba con ella, también ha apuntado que la víctima no tenía libertad ni podía vestirse como ella quería y que él incluso la insultaba. También ha manifestado que la víctima tenía miedo porque el acusado le había dicho: «Si alguna vez te separas, que sepas que de la cárcel se sale pero de la tumba no se sale».

Sin embargo, frente a estas declaraciones, la mujer del sobrino del asesino confeso ha afirmado que ella nunca escuchó que el acusado insultara a la víctima, asegurando que había salido con ella de compras sola y la víctima tenía un carácter dominante y había vuelto a casa tras separarse de él porque el acusado cambió y decidió darle otra oportunidad.

La versión ofrecida por la hermana del acusado en la vista ha sido muy diferente, asegurando que su hermano «estaba orgulloso de su mujer» y «si a ella le apetecía salir con sus amigas, él no tenía ningún problema de que saliera». Y ha señalado que ella retiró la denuncia que en su momento presentó contra él porque su hermano no había hecho nada, remarcando que N.C.G. dejó el trabajo en el bar por «acoso laboral» y estuvo de baja y empezó a tomar depresivos.

Una vista con versiones dispares por parte de los testigos de parte. Así, según la hermana del asesino confeso, la relación entre el acusado y la víctima «se rompe» en su momento porque ella estaba «con otra persona», pero que el acusado la perdonó cuando volvió, aunque ellos vivían en el mismo piso pero la relación no estaba bien y cada uno iba por su lado.


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