«Una ciudad decente no puede dedicar calles a quienes dieron un golpe de estado para llevarnos a una dictadura». De este modo tan rotundo se ha expresado Alberto Rojo, alcalde de Guadalajara, justo antes de proceder a cambiar la última remesa de calles de la capital que aún guardaban vinculación con el franquismo. «Lo que hoy hacemos es retirarles una posición de honor», ha reiterado.
Rojo también se ha dirigido a «algunos sectores que nos tienen acostumbrados a cierta polémica en torno a la memoria democrática». Como argumento, ha recurrido a uno bien conocido, alegando que «nadie imagina una calle a un terrorista o a Hitler o a personas vinculadas al nazismo en Alemania».
En las próximas semanas, las placas metálicas colocadas de manera provisional serán sustituidas por otras, cerámicas y de acabado más estético.
El alcalde de Guadalajara ha pedido «paciencia» a las personas afectadas por los cambios, al tiempo que pedía «disculpas» por las molestias ocasionadas y ha defendido que el Ayuntamiento está «a disposición de todos ellos para ayudarles».
Alberto Rojo había firmado poco antes el decreto por el que se materializaba la retirada del callejero de personas vinculadas al golpe de estado de 1936. El Ayuntamiento lo ha hecho en aplicación de la legislación vigente. Además, el Pleno de la Corporación ya había ratificado la necesidad de depurar en este sentido el callejero, un acuerdo alcanzado durante el pasado mandato, aún con Román como alcalde por el PP.
Desde este martes, la calle del General Moscardó Guzmán pasa a ser Brianda de Mendoza y Luna; la calle de los Hermanos Ros Emperador será Aldonza de Mendoza; y la travesía de los Hermanos Ros Emperador pasa a llamarse Gabriela Mistral. Mientras, la calle de Fernando Palanca es ya la de Margarita Salas y la plaza del Capitán Boixareu Rivera se desdobla en el callejero: el tramo entre la plaza de Santo Domingo y Bejanque pasa a denominarse como calle de La Carrera y el resto de la antigua plaza del Capitán Boixareu Rivera (los tres lados restantes alrededor del parque de la Concordia) se denominan ahora calle de María Pacheco.
El Ayuntamiento insiste en que salvo La Carrera y María Pacheco el resto de nombres han sido elegidos mediante una encuesta ciudadana, realizada a partir de una propuesta inicial de 20 nombres de mujeres y en la que participaron 147 vecinos.
«Esto ayuda a cerrar heridas», dice Rojo
A la retirada de las placas con los antiguos nombres en la calle Boixareu Rivera han asistido varios miembros de la Corporación municipal junto al alcalde, Alberto Rojo, quien ha definido el cambio como un «acto de justicia, de concordia y de normalización democrática». Un gesto, que «ayuda a cerrar heridas y a pasar página sin caer en el olvido», ha dicho Rojo.
Acto seguido, el alcalde y la segunda teniente de alcalde, Sara Simón, han entregado a los operarios de manera simbólica las dos primeras nuevas placas, las correspondientes a María Pacheco y a La Carrera.
La materialización de este cambio supone un coste de 2.000 euros, según sostiene el Ayuntamiento. Desde el próximo lunes, los negocios afectados por cambios en sus rótulos, tarjetas de visita, coches de empresa o páginas web podrán solicitar ayudas de hasta 600 euros para compensar dichos gastos.