Tras los trabajos de estos dos primeros días de la semana, quienes se han acercado a la calle Cervantes y a la plaza de la Virgen de la Antigua han podido comprobar que la calzada ha quedado cubierta por un asfalto negro, sin nada que lo diferencie del que se conoce en cualquier rincón de España desde hace más de un siglo. Según ha podido confirmar LA CRÓNICA, no será este el acabado final de la obra.
Para las próximas semanas está previsto que se aplique una imprimación que permita darle un aspecto como de adoquinado, a semejanza de lo que se utilizó hace un año para el Arrabal del Agua. Posteriormente, una nueva capa servirá de barniz, facilitando más durabilidad al conjunto.
Según anunciaba el Ayuntamiento de Guadalajara, entre el lunes y el martes se iba a aplicar el aglomerado impreso en la calle Miguel de Cervantes así como en los dos tramos de obra ejecutados en la Plaza de la Virgen de la Antigua, algo que no va a ser exactamente así. Lo que no parece que se haya modificado es que esta misma semana quede abierto al tráfico, tras ocho meses de obras.
El aglomerado elegido sustituye al material elástico que inicialmente estaba planteado en el proyecto, similar al que tan mal resultado ha dado en Miguel Fluiters.
Lo que se fueron para no volver son las plazas de aparcamiento de zona azul que existían en esta calle, puesto que sólo ha quedado reservado un pequeño hueco para el uso del centro de salud.
Aceras más anchas para Martín Puebla
Posteriormente, se procederá al comienzo de la siguiente fase de esta obra de acondicionamiento urbano en la calle Ángel Martín Puebla, donde además se van a ampliar las aceras.
Esta fase está previsto que dure un mes y medio, siendo necesario cortar la propia calle y la Travesía de Ángel Martín Puebla desde la Cuesta del Matadero, con lo que las molestias pasan ahora a los vecinos de Antonio Cañadas y a los usuarios de los parkings allí existentes.
El itinerario alternativo será la entrada por la Ronda de San Antonio y calle Alvarfáñez de Minaya, dicen desde el Ayuntamiento. «Se permitirá, en la medida de lo posible, el acceso a residentes siguiendo en todo momento las indicaciones de la señalización y el personal de obra», consuelan.