La aplicación de reparto de tareas del hogar, anunciada esta semana por el Ministerio de Igualdad, se podrá empezar a utilizar en el mes de septiembre. Será «gratuita e intuitiva». Estará disponible para distintas plataformas y, según aseguran quienes la promueven, «sacará a la luz tareas invisibles que generan carga mental».
Así lo han explicado a Europa Press para LA CRÓNICA desde el departamento que dirige Irene Montero, un día después de que la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, hablara de esta iniciativa durante su viaje a Ginebra para la presentación del IX Informe periódico de España ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Control horario contra la discriminación
Igualdad ha destacado que el objetivo de la aplicación es fomentar el reparto corresponsable de las tareas de cuidado en casa mediante un sistema de contabilización de usos del tiempo y, según han señalado, está pensada para todo tipo de familias y también para personas que comparten piso.
Este sistema contabilizará y registrará los tiempos dedicados a cada tipo de tarea y, según señala el Ministerio, lo harán con un enfoque feminista y sacando a la luz muchas tareas invisibles como la planificación de las comidas o la atención emocional a los hijos.
Tal y como explicó Rodríguez este martes, no se trata solo de incluir el tiempo en el que se recoge la cocina «que pueden ser 20 minutos», sino también lo que ocurre para que esto se pueda producir, como comprar los productos de limpieza o, incluso, la planificación de esa misma cesta de la compra. «Todas esas tareas y carga mental recaen casi siempre sobre las mujeres, lo dicen las encuestas», añadió.
Desde Igualdad han señalado que esta aplicación se enmarca dentro del Plan Corresponsables y pone en valor el trabajo de cuidados, en línea con otras políticas públicas de fomento de la corresponsabilidad impulsadas por el Ministerio. Según ha señalado, «se trata de la semilla para construir políticas publicas en torno a un estado corresponsable, la gran deuda pendiente de las políticas de igualdad».