Las excusas se van a acabar para los jugadores más torpes y el riesgo de lesión, también. Los que practican el pádel con menos habilidad ya no podrán atribuir las voleas contra la red, los globos contra la pared ni las bandejas contra la malla al mal estado de la pista. Más pronto que tarde, la cosa va a cambiar y con una inversión que, a la vista de los precios de otras reparaciones, se diría que es hasta asumible.
A partir del jueves, en el Ayuntamiento de Guadalajara ya podrán decidir a qué empresa adjudicar la renovación del césped artificial en nueve pistas de pádel de la ciudad, que son de propiedad municipal. Se trata de las 8 existentes en la Ciudad de la Raqueta y una más en San Roque.
Salvo que no haya ningún licitador que cumpla las condiciones establecidas, al ganador se le podrá convocar para firmar el contrato. A partir de ahí, en menos de 15 días tendrá que estar ya el acta de replanteo y, a partir de esa fecha, el adjudicatario dispondrá de un mes para ejecutar unos trabajos que los técnicos han valorado en 55.539 euros, IVA incluido.
El material tendrá una garantía de 5 años. Se busca césped de polietileno, de entre 10 y 12 milímetros de altura, resistente al sol y a las heladas, drenante y anti-abrasivo. Como curiosidad, indicar que se exige que tenga al menos 52.000 puntadas por metro cuadrado. Sobre la base se aplica arena de cuarzo.
Se terminará así con los resbalones inesperados en los partidos por un material que, como se indica en el propio expediente al que ha tenido acceso LA CRÓNICA, «con el uso intensivo de la pista y debido a la incidencia de la meteorología ha ido perdiendo calidad hasta niveles incompatibles con el apropiado desarrollo del juego».
Será el precio más bajo el que decida la adjudicación.