La falsa cultura de las redes sociales está generando nuevos mesías cuya palabra se convierte en dogma de fe, hasta tal punto que contradecirles o poner en tela de juicio sus mentiras te convierte en pecador y con posibilidades de ir a la hoguera. En la actualidad, cualquiera se siente con capacidad de hablar, porque las redes han creado «embajadores de la verdad», ahora todos se cargan de razón.
Esto desencadena una serie de discursos, carentes de sentido, de coherencia y con falsos argumentos.
Esta breve reflexión viene a colación del discurso que el alcalde de Sacedón hizo el martes pasado con motivo de la puesta de la primera piedra del Parque de Bomberos de Sacedón. Un discurso tan ensimismado que no sólo obvió los trabajos de otras corporaciones, sino que despreció la labor de los concejales con los que ha compartido el gobierno: “muchas noches sin dormir”, él y sólo él, “muchos viajes” él y sólo él, “mucho trabajo” él y sólo él…
Otro ejemplo de su egolatría es la capacidad de olvidar intencionadamente los errores propios, no en vano oculta, y trata de que pase desapercibido, que votó en contra de la cesión de los terrenos para la construcción del Parque de Bomberos de Sacedón, pleno de 13 de junio de 2008, como así recoge el acta redactada por el Sr. Secretario, con el resultado de 5 votos a favor -los del Grupo Popular -, y 4 votos en contra, -todos ellos del PSOE-. Sin embargo, los desvelos los tuvo él por la tardanza en la construcción del parque y no por su voto en contra.
En ese afán de colgarse medallas, omite que quien firmó el convenio de colaboración entre el Consorcio para el servicio de Prevención, Extinción de Incendios, Protección Civil y Salvamento de la provincia de Guadalajara y el Ayuntamiento de Sacedón en 2009, fue el Partido Popular, y que este mismo equipo de Gobierno concedió licencia de obras en 2010. En esa amnesia selectiva olvida que el Ayuntamiento de Sacedón, con gobierno del PP, es miembro del Consorcio desde su constitución en 2001 (B.O.P de 5 de enero de 2001)
Además, es obligado recordar que la situación económica que se encontró el Partido Popular en la Diputación, legado de continuos gobiernos socialistas, fue lamentable, con un endeudamiento de la Institución del 164%, en la que el CEIS albergaba una deuda con proveedores de más de un millón de euros de facturas sin pagar y donde las gasolineras amenazaban con dejar de servir combustible a los vehículos.
Con todo ello, la gestión del PSOE había permitido que numerosos ayuntamientos de su mismo signo político contrajesen cuantiosas deudas con el propio Consorcio, superando también el millón de euros en total por cuotas impagadas y dejando sonados casos como el del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares, quien adeudaba 318.131€ al CEIS.
Pese a esta dramática realidad, con el Partido Popular se revirtió la situación y se consiguió incrementar la partida presupuestaria destinada al CEIS, que alcanzó la cantidad de 4.073.356€, 1.197.756€ más de lo que el PSOE aportaba en el año 2011.
Algunos se preguntarán: ¿si había ese superávit, por qué no se inició la construcción del Parque de Bomberos de Sacedón? La respuesta es sencilla, la legislación no permitía ampliar las plantillas de personal de las administraciones, tampoco en el CEIS, como consecuencia del déficit que nos dejó el Presidente de los brotes verdes y buen socialista, el Sr. Rodríguez Zapatero.
Así, tener una obra hecha sin posibilidades de dotarla de personal no parece muy recomendable, incluso puede verse sometida al vandalismo, a la ocupación, incluso a la obsolescencia del paso del tiempo y el cambio de las necesidades que un parque de bomberos necesita y a las que está sometido. Situación a las que podemos vernos avocados si el actual gobierno de la Diputación no convoca una oferta de empleo público que cubra las necesidades de personal para dotar al parque de bomberos, y que, a día de hoy, no ha hecho.
Insisto, las redes sociales y las nuevas eras, engrandecen las banalidades, esos mesías suben como el humo contaminando el ambiente. Pero cuando el humo desaparece, siempre se ve con claridad la realidad.
Vivimos en una sociedad en la que predomina el yo sobre el nosotros y sobre el todos.
Seguramente después de este artículo, pasaremos a engrosar su hoguera de las vanidades.