Se escucha en las calles, en los bares, en las piscinas y en los parques de la capital, “otro Agosto que se va…” a veces la frase finaliza con un “qué pena”, otras muchas lo sentencia un “ya era hora”.
¿Acaso no ha escuchado usted esa puntilla final? Entonces lo tengo claro, usted no ha pasado Agosto en la capital. Bien haya estado de vacaciones en la playa (oh recuerdos, volved a mí), en la montaña, de camping, de turismo cultural o gastronómico, o simplemente se haya ido usted al pueblo (algunos incluso tienen que repartir su presencia estival en varias villas) habrá disfrutado de temperaturas más bajas que en la capital, habrá escuchado más bullicio en los parques junto al río, arroyo o canal, y sobre todo, en su pueblo, habrá tenido más actividades de las que hubiese podido tener en la capital.
Si bien es cierto que ante la canícula poco se puede hacer (quizá pensar en que los árboles son los que más nos pueden ayudar y habría que invertir en ellos), lo cierto es que aquellos que habitan esta castellana ciudad de Guadalajara en el mes de Agosto están condenados a buscar una salida constante de la misma. Aunque quizá más que condenados diría que lo que están es invitados a hacerlo. ¿Por qué? Porque aquí en Agosto se asume, de manera errónea, que no va a haber nadie, y por lo tanto, para qué se va a elaborar un mínimo programa de actividades dirigidas a quienes pueden salir a disfrutar de ellas cuando el mercurio baja de los 38 grados.
Este pensamiento que invita al éxodo estival, se convierte en un círculo vicioso que genera pesadumbre en el ciudadano, que se suma a las olas de calor cada vez más frecuentes por estos lares.
Pero como este pequeño texto pretende ser propositivo hacia una realidad asumida por miles de guadalajareños, propondré algunas ideas que he podido escuchar en las toallas vecinas, en la mesa vecina de las terrazas nocturnas, y en algún otro lugar aderezado de sudor y búsqueda de cosas que hacer fuera de nuestro término municipal.
En primer lugar, se podría pensar en aquellos vecinos que no tienen que trabajar en todo el mes de agosto, es decir, niños y mayores, y para los que no vale simplemente ejecutar un programa co-responsable, aunque esté muy bien, o en el segundo caso asumir que con un banco a la sombra y una pequeña explanada para la petanca está todo hecho. ¿Tanto costaría programar 2,3,4 días a la semana de tardes de actividades de animación (juegos desenchufados, hinchables acuáticos, torneos de fútbol, baloncesto, gaming, talleres, etc…) en alguno de nuestros 3 grandes parques con sombras? Dudo que descuadre un presupuesto realizar varias mañanas de zumba, aeróbic, yoga, baile, y al menos 1, cuando no 2, bailes nocturnos para mayores.
Hacia la gente de esa franja laboral (iba a decir productiva, pero Agosto es en la capital es el mes más anti productivo del mundo) podría tenerse la pequeña deferencia de ampliar la programación nocturna de conciertos, monólogos y actuaciones en plazas, incluso intentar llegar a hacer un esfuerzo y buscar actividades tan poco innovadoras como el cine de verano (allá se disfrutaba en el antiguo auditorio hace tantos años), teatro al aire libre, en fin, así sin romperme la cabeza…
Sin embargo, si nada de esto ocurre, por la excusa de “para qué programar actividades si en Agosto en Guadalajara no hay nadie”, sólo se estará alimentando el círculo vicioso, y cada vez habrá menos posibilidades para aquellos pobres que tengan que pasar el octavo mes del año en la CAPITAL….
Bueno, cierro ya el portátil pues mi tren de regreso de la costa está llegando a Atocha, ahora el cercanías que estación a estación me irá acercando a Guadalajara. Espero que empiecen pronto las ferias……