Cuando se fija un día en el calendario internacional es porque la razón del cual tiene la necesidad de que nos detengamos y nos paremos a pensar en su porqué. ¿Por qué el día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia?
Afortunadamente, España es hoy vanguardia de los derechos del Colectivo LGTBI+ en el mundo, a pesar de todo lo que todavía queda por hacer. Principalmente en el ámbito de la educación en valores de respeto e igualdad, de los que todos y todas somos responsables con nuestras conductas y actuaciones. Aún más, cuando ejerces una representación política de la que se presume que seas un ejemplo para la ciudadanía.
No nos podemos permitir ni un paso atrás. Contra los discursos del odio o el enfrentamiento que unos pocos tratan ahora de airear, tenemos que ser contundentes en su denuncia para evitar que viejos pensamientos retrógrados vuelvan a tomar aliento en la sociedad.
No existen motivos para la discriminación, no los busquen. Nadie tiene permiso ni autoridad moral para cuestionar o entrar en la intimidad de una persona. Nos debemos sentir libres, esa es nuestra máxima aspiración.
Sexilio
Pero hoy, el colectivo LGTBI+ no es todo lo libre que debiera. Aunque hemos avanzado en la persecución de delitos de odio, son frecuentes los casos que se informan en los medios de comunicación, o de los que tenemos constancia en nuestro entorno más próximo, el mundo rural. Aquí es importante referirnos al término ‘sexilio’ que hoy es una de las reivindicaciones que se combaten desde el colectivo en la región y en la provincia. Nuestro lugar de origen no puede convertirse en un elemento discriminatorio, que expulse a sus ciudadanos y ciudadanas por la condición sexual de estos.
Hoy siguen existiendo agresiones por razón de identidad sexual, casos de discriminación laboral –sobre todo a personas trans- y, desde algunos sectores sociales, sigue considerándose la homosexualidad, bisexualidad o transexualidad como “un problema” que se puede revertir.
Por esto, y por todo el camino que está por recorrer a nivel internacional, con países que castigan la homosexualidad con la muerte, la sociedad en su conjunto es responsable de conseguir la discriminación cero.