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17 noviembre 2024
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JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Un final digno para Sánchez

Pedro Sánchez, fin de etapa. Salvo algo extraordinario, Feijóo al relevo. Sánchez no intentará la reelección si Tezanos avisa que va a perder.

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Comparecencia, a petición propia, del Presidente del Gobierno ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para informar del Consejo Europeo Extraordinario de los días 30 y 31 de mayo de 2022 (Núm. Exp. 210/000099). Comparecencia del Presidente del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, solicitada por la señora Gamarra Ruiz-Clavijo y otros 85 diputados, para que explique el nuevo partenariado para el Siglo XXI que estableció en su visita a Rabat y las consecuencias que ha ocasionado en las relaciones con Argelia (Núm. Exp. 210/000094). Dos números para dos expedientes en el Congreso: 210/000094, después el 210/000099.

Pedro Sánchez, fin de etapa. Salvo algo extraordinario, Feijóo al relevo. Sánchez no intentará la reelección si Tezanos avisa que va a perder. Entorno Zapatero y rumores para preparar al PSOE tras Sánchez. Financiada. Los comentarios anteriores, entre otros, unos duros y otros blandos, apuntan el final Sánchez. Ocaso maquillado y aceptado por el PP.

Una muestra, casi prueba, es el cambio del orden de las comparecencias del Presidente del Gobierno ante el Pleno del Congreso de los Diputados hoy. La 210/000094, que pidió el PP. Después, pedida por Sánchez, la 210/000099. Por acuerdo de la Mesa del Congreso, se cambió el orden y se mezclaron en beneficio del Presidente del Gobierno.

Decisión consensuada, apaciguada. Durante meses preocupó la visita de Sánchez a Rabat, el cambio de la política de Estado con Marruecos y las consecuencias para un suministro del gas argelino que ha encarecido precios. Obediencia del Gobierno a instrucciones USA, Ministerio de Asuntos Exteriores incómodo ante Alemania que, desde la cabeza de la UE, impulsó la operación. Y una política de Estado, errática, que desvirtúa lo que se hace, u obedece, desde el Palacio de Santa Cruz. Pues bien, el asunto Marruecos-Argelia con lo que hay alrededor, por arte de birlibirloque y con Sánchez, sumergido en el Consejo Europeo: Nueva relación con Marruecos. Guerra. Invasión Putin. Reconstrucción Ucrania. Desde la UE, precio del gas y diseño del mercado eléctrico. Seguridad y defensa de Europa. Inversiones defensa (sin coaligados). OTAN y UE complementarias. Suecia y Finlandia. Ceuta, Melilla. Respeto a Marruecos. Declaración conjunta, flujo migratorio. Y la frase “Les pido ver la dimensión de una política de Estado”.

Con salvedades, admitidas la disposición y el escenario: En su gobierno se dice que la OTAN es una organización criminal. Usted no debía estar hoy aquí, debía haber venido a informar antes de comprometer a España. Esto es el caso increíble del señor que quiso suprimir el ministerio de Defensa. Ha venido a hablar de temas en los que no tiene apoyo de todo su gobierno (Arrimadas). Lo que usted preside es una contradicción (Oramas). Abascal, Echenique, Rufián, Nogueras. Errejón, Baldoví, todos entraron por el aro, hasta Aitor Esteban melindres PNV. Cada grupo parlamentario mostró postura. Pero había uno, el PP que propuso la comparecencia, que debía mostrar el motivo de llevar allí a Sánchez.

Cuca Gamarra, la portavoz, apuntó la mezcla del Informe sobre el Consejo de Europa, tras el que se escudaría Sánchez, con la consecuencia de su visita a Rabat. Podría hacer leña. No la hizo, optó por el compadreo: La política no es sortear debates. Ayuda de Bildu y U.P. La mitad de su gobierno está en contra. Lo suyo no es un gobierno de coalición, es una emboscada permanente entre usted, la señora Díaz y Podemos. Prometió bajar el 40% el recibo de la luz. Con lo recaudado en exceso, baje impuestos, como propuso Feijóo en el Senado. Una política de Estado es necesaria; y posible. Por si alguien no había entendido postura y anuencia, la frase pensada y acaso pactada PP-Sánchez con conocimiento del PSOE, o una parte de él: “De usted depende que su final sea un poco más digno”.

En justicia, la valoración es de una periodista de RNE, “No hay un final digno para Sánchez”. Llegó al Gobierno mintiendo, no tiene argumentos, ha aprovechado todas las serendipias a mano: Podemos con Iglesias. Franco fuera del Valle de los Caídos. Pandemia. Expertos que no existieron. Estado de Alarma aconstitucionales. Decretos-Ley a porrillo. Guerra. Putin. Marruecos. Investigaciones CNI con ceses. Y la prostitución llevada al Congreso.

El PP, al tomar el relevo en la presidencia del Gobierno con Aznar y Rajoy, hizo tabla rasa del pasado. No pidió responsabilidades, aunque las hubiera, a Felipe González y Rodríguez Zapatero (Gal, desastre económico con Solbes).

Ahora, por la frase que se le escapó a Cuca Gamarra para sosiego y aviso a navegantes, podemos estar en una encrucijada parecida: Solución a la honorabilidad de Sánchez, o error. La responsabilidad no es prescindible; en democracia no debe supeditarse a nada, ni a nadie. Sería reprobable, pues, que el PP, como parece, desprecie al electorado y a España, buscando un final digno para Sánchez.


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