Sin pollos. Sin disculpas. Sin pamemas. Y con patriotismo. Pasadas las elecciones vascas y gallegas, toca aparcar egos e intereses personales y ocuparse de la realidad. A ello deben dedicarse Sánchez e Iglesias desde el Gobierno. Pero, ‘tanto monta», es posible que a la hora de actuar, ambos, si es que montan, puedan montar pollos: Exhumación de Franco. Memoria (o desmemoria) histórica para reescribir el pasado. Enredos con la Constitución. Y ‘lo que salga’ si los dos, con esos u otros pollos, distraen y alargan la situación que les llevó al Gobierno.
Aunque ‘lo que salga’ sean cosas viejas, para suplir las serpientes de verano que en éste no son necesarias. Con la ayuda, vaya usted a saber por qué, de, entre otros, periodistas tan notables como Pedro J Ramírez por un lado y Escolar hijo por otro para difundir noticias (acaso manipular), en lo que pudiera ser un intento de purificación del periodismo, o lo contrario, a costa del rey emérito, el Jefe del Estado y La Corona.
A la vista de los resultados electorales y por lo que se ve en La Moncloa, es posible que el Gobierno se apunte a ese juego. O a otros: El pollo de poner en solfa a la Monarquía que da estabilidad al Estado. El de coquetear con un republicanismo caro que ahora es inoportuno. El de acosar a la Oposición. O, también y no menos sórdido, disimular los desaires al Gobierno: Nacionales, de rechazo del electorado que ha sacado del Parlamento Gallego a uno de los socios de la coalición (UP); y dejado en minoría al otro, PSOE en el País Vasco y Galicia. Y europeos, evidentes en el rechazo de la UE a la ministra Calviño.
Mientras tanto, el electorado español, preocupado por las acciones del Gobierno y sus errores, en la última encuesta conocida sobre intención de voto en unas posibles Elecciones Generales, que publica ABC, muestra que confía más en la Oposición que en UP y el PSOE que gobiernan. En la UE las expectativas para el Gobierno tampoco son mejores: para los días 17 y 18 de julio está convocado un Consejo Europeo extraordinario para debatir el Plan de Recuperación tras la crisis debida al Covid-19 y buscar un Presupuesto para la UE. Con ello, se proyectaría conciliar posturas europeas: Créditos tasados para la rehabilitación con controles puntuales de cara a su recuperación defendiendo el presupuesto e intereses de la UE frente a los Estados miembros. Y donaciones de la UE sin previsiones de recuperación, control ni otra garantía que los Estados receptores de fondos y la confianza que puedan generar.
En estas estamos. Excluida Calviño de la presidencia del Eurogrupo a favor del irlandés Paschal Donohoe, las noticias que se conocen son inquietantes: Holanda, ejemplo de país contrario a las donaciones que parecen buscar Iglesias-Sánchez, les pone tareas: Tenéis que encontrar la solución dentro de España y no en la UE, avisa. La alemana Angela Merkel, con Pedro Sánchez al lado, advierte que «Las ayudas no sirven de nada si no están conectadas con reformas, cambios y orientaciones hacia el futuro». O, lo que es lo mismo, sí al Fondo Europeo de Recuperación, pero con las condiciones que apuntó Rutte, el Primer Ministro de los Países Bajos, parece que adelantando planes alemanes, o «haciendo el trabajo de Berlín», como se lee por ahí. Ayudas condicionadas, controladas por la Comisión y por los Gobiernos que podrían acotar la economía del tándem ‘monta tanto’ Sánchez-Iglesias. El crédito de ambos (o descrédito) en Europa es tal que, para entender hasta dónde llega, conviene ver alguna de las frases publicadas: «De los países del sur ya hemos oído muchas veces promesas de reformas, ahora hay que precisarlas», publicaba un periódico holandés. «Lo que España está haciendo ahora, es lo típico, en cuanto tenga el botín dirán que va a revertir las reformas en el mercado laboral y pensiones», recogía en el diario El Mundo Carlos Segovia la afirmación del parlamentario Toni Van, suspicaz por el comportamiento del Gobierno Sánchez-Iglesias frente a la UE.
En este contexto, los desaires al Gobierno, nacionales y de la UE muestran la situación bajo la batuta ‘tanto monta’ Sánchez-Iglesias. A ella hay que enfrentarse, ellos especialmente, pero los demás también. Sin pollos. Sin disculpas. Sin pamemas. Y con patriotismo. Toca aparcar egos e intereses personales y ocuparse de la realidad. Como posibilidades, no las hay brillantes pero hay algunas: Reconocimiento de incapacidad para afrontar la crisis y su recuperación con recetas de izquierda rancia. Dimisiones honestas personales o de grupos para facilitar el recambio y hacer frente a la situación desde otras posiciones. Petición de ayuda a los grupos políticos y agentes sociales que, de acuerdo con el electorado y los prestadores de ayudas europeas, puedan asumir las obligaciones contraídas, mientras se supera la crisis y después. O convocatoria de Elecciones Generales.
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