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20 noviembre 2024
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JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Política con churros en «El Manolo»

Desangelado Edelweiss, parada y fonda en El Manolo. Café con leche y churro enroscado con azúcar. Saludo sin palabras y con un gesto a una mujer de ERC conocida y al hombre que estaba con ella.

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“Caso Pegasus, ministro… usted que dice de sí mismo ser jurista de vocación y de formación y que siempre le añadimos ‘de los malos’, después de dos sentencias del Tribunal Constitucional que tumban sus principales obras jurídicas, los estados de alarma ilegales… Señora Batet, exigimos su inmediata dimisión, porque usted no desaprovecha la ocasión para prostituir esta cámara”. Al rapapolvo despectivo e insultante de Macarena Olona (Vox), se sumó Casares Hontañón (PSOE), intratable, atacando al PP con un infundio “Sabemos que son un partido que ha saqueado a este país, incluso en los peores instantes de la pandemia con comisiones”. Arrimadas, al dirigirse al Gobierno, siguió en el mismo tono “La infamia de esta semana es meter a Bildu, a ERC, a los señores de Puigdemont y a la CUP en la comisión de Secretos oficiales… falta meter a Jack el Destripador.  

            Miércoles. Pleno en el Congreso de los Diputados. ‘Para la convalidación del decreto ley de medidas frente a la crisis de la guerra en Ucrania’, tituló Europa Press. El Gobierno, con intereses distintos entre socios, buscaba mantenerse. Con sospechas, se especulaba con lo que podrían hacer los grupos parlamentarios: Buscando la derrota del ejecutivo PSOE-UP. Abatiendo a algunos ministros (Defensa o Interior). O debilitando a Sánchez. Al alcance y usado por todos, la necesidad nacional frente a la crisis; también la ocasión ventajosa para enfrentarla con otro gobierno.

Tarde de pactos, trucos y trampas.- apunté – La actividad en el Congreso es extraordinaria. ERC achuchado en Barcelona, duda; el PSOE busca la ayuda de Feijóo y éste parece dispuesto a darla, pero con oferta y compromiso PSOE por escrito. De momento, Sánchez suspende su viaje a Moldavia. Qué pase la tarde, veremos qué pasa mañana.

En la mañana, la situación podía seguirse desde tres escenarios: Nueva Economía Fórum en el Ritz, para los que ven e intentan comprender. Congreso de los Diputados, para los que votan, comprendan o no. Y la cátedra suprema Edelweiss-El Manolo, dos bares cerca del Congreso en los que, como ayer, se  ve, oye, deduce y sabe.

En el Ritz, Juan Espadas, candidato PSOE a las elecciones andaluzas. Presentado por Rafael Escuredo al frente de un grupo con cinco ministros y varios diputados, que faltaron al Congreso. Espadas hizo lo posible por animar al socialismo andaluz, incluso negó el milagro económico PP-C’s. Pero “¡hum!, huele a entierro. En política se entierra bien. Obituario PSOE”, resumió alguien para mí bajo un paraguas compartido. Cruzada la Plaza de Neptuno, íbamos, Carrera de San Jerónimo arriba, hacia el Palacio de las Cortes.

En el Congreso, prensa y pifostio. La víspera, se había cuestionado el acceso de Lucia Méndez, la sanabresa periodista de El Mundo, corresponsal en el Congreso desde hace muchos años. En el hemiciclo seguía la Sesión del Pleno. En pasillos y calle el comentario sobre la postura del PSOE, Casares Hontañón insultando al PP, del que podría necesitar apoyo. Con uno de los dos discursos preparados y no confirmados para, según como fuera la cosa, o negociación, aceptar lo dispuesto por Feijóo con exigencias (hubo 4: Reducir subida de precios. Bajada IVA en energías. Agilización fondos UE. Rebaja gastos del Gobierno) o rechazarla para optar por otras ayudas con condiciones desconocidas. A la vez, declaraciones claras, Off The Record, o insinuadas de unos y otros. Entre diputados, instrucciones, alertas al dedo del portavoz para votar. El juego de chinos conocido: deditos arriba, abajo, abiertos o doblados.

Había que rascar más. Garbeo en la calle con una amiga periodista de El Economista. Desangelado Edelweiss, parada y fonda en El Manolo. Café con leche y churro enroscado con azúcar. Saludo sin palabras y con un gesto a una mujer de ERC conocida y al hombre que estaba con ella. Inclinación de cabeza de ambos en respuesta. Y, mientras echaba el edulcorante, oído a la información, en castellano, entre ellos. Dos catalanes ERC que podrían usar el castellano adrede para que me enterara; o, acaso catalana ella y no catalán él, para ofrecer o dejar al aire la información con ínfulas de noticia: “Si el PP no traga y Bildu apoya, nosotros podemos hacer lo que queramos”. dijo la mujer.

La sesión era importante, pero la noticia saltó en El Manolo, otra vez. Si la mujer ERC, con entidad y puede que inteligencia superior al mismo Rufián, entendía que su partido podía hacer lo que quisiera, la conclusión es evidente: ERC, estando en la negociación PSOE-Bildu o al margen de ella, entiende que su voto queda libre del compromiso que supone, para el independentismo, un voto republicano a favor de Sánchez. Así se vio en la votación. También la astucia del Gobierno embrollando el beneficio de España, que decía proponer y al que animaba a otros grupos, con su egoísmo de poder. Tras la aprobación, podría estar el interés nacional. Sin embargo, puede que éste quede inmerso, oculto y desaprovechado en las grescas y fanfarrias que suscita el gobierno. Las que, Vox con Olona despectiva frente a Bolaños y Batet; y Ciudadanos con Arrimadas en tono parecido, desperdiciaron. A falta de ellos o a su pesar, la ocasión-jugada sólo puede aprovecharla Feijóo. No obedeciendo a Sánchez, desde fuera del Congreso. Sino, desde la presidencia del PP condicionando al Gobierno en lo posible, o dirigiendo que no es poco. A la vez, enseñando al electorado una forma de hacer distinta a la descubierta en la clave Sánchez-ETA-ERC, en El Manolo.  


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