José Luis Escrivá es un señor de Albacete. Experto en econometría, ciencia que usa métodos estadísticos al servicio de la economía, presidió la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) desde 2014 a 2020. Lo propuso Mariano Rajoy para fiscalizar las cuentas públicas españolas, que pretendía la UE. Con este bagaje, Sánchez lo nombró Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En su momento se entendió que se encargaba de la cartera que especifica el título y del contrapeso a UP, el socio en la coalición de Gobierno con ministerios de nombres rimbombantes pero con competencias tasadas. Lo conocí, hace años, presentado por el notario de Madrid que preside el Club Liberal Español, Carlos Entrena, una tarde en el Hotel Wellington. Nos endilgó un rollo plúmbeo que, repaso hoy, resumí: “Liberal entre liberales, ve la ‘AIReF, como mosca cojonera. Puede ahorrar críticas conduciéndolas, o hacer algo distinto. Habrá que estar al tanto”.
Al tanto de Escrivá, recibí la invitación para el evento telemático que, organizado por Nueva Economía Fórum (NEF), iba a tenerlo como orador invitado. Como NEF, además de principal tribuna política nacional, es el faro que apunta las novedades del momento (y las que están a punto de serlo) me dediqué a ventear lo que podría convertir a Escrivá en motivo de interés.
En el panorama, estaban: El viaje de Sánchez a Argelia para atender algo sobre la compra de gas argelino. Las nuevas relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel, sonando en los oídos árabes y en las embajadas y cancillerías del orbe, que usan medio ojo para atender las reacciones de los países que llevan la batuta y otro ojo y medio para calibrar las iniciativas de la administración USA. La situación en el Sahara, convulsa por las tensiones Frente Polisario-Marruecos, con el ejército marroquí abriendo la ruta hacia Mauritania, bloqueada por manifestaciones saharauis. Las relaciones de nuestro gobierno con Marruecos, alteradas con declaraciones de Iglesias, que condicionaban la visita prevista y la presencia de miembros de la delegación española que proyectaban el viaje al país. Los movimientos migratorios subsaharianos, en el Magreb y el Sahel hacia el norte y el oeste. Las declaraciones de González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, contra el reconocimiento de Trump al derecho de Marruecos sobre la soberanía del Sahara. El proyecto de viaje de Marlaska para tratar el fenómeno migratorio. La masiva llegada de pateras a Canarias. Y los vuelos de inmigrantes desde Canarias a cualquier sitio, con afirmaciones inconexas del Gobierno.
Visto lo anterior, conecté con NEF. Una vez presentado, Escrivá, optó por el hándicap absurdo de dos invitados inauditos: El desprestigiado ministro de Sanidad, Illa, que con sus engañifas contamina a quien se acerque a él y lo que diga. Y el paraguas Hernández de Cos, Gobernador del Banco de España, que no anula pero difumina lo que tiene alrededor. Entre ellos y a su sombra, Escrivá disminuyó como ministro. La invasión de inmigrantes en Canarias con pateras, las tropelías que cometieron y las improvisaciones del Gobierno, fueron sustituidas por una hora de frases hechas, soniquetes que olían a falso y el hacer, mal hacer, del trío. Escrivá, Illa y Hernández de Cos, los tres, aburrieron a la audiencia con, la caridad no obliga, monsergas de salón, paja de telediario o, en el mejor de los casos, disculpas.
Estrategia de vacuna europea, proceso de vacunación progresiva (Illa). Olas de pandemia. Inmunidad de rebaño. ERES, que durarán lo que tenga que durar. Los fondos europeos que no sabemos cómo van a influir en la economía (Escrivá). Las previsiones BCE producirán un elevado nivel de incertidumbre (Hernández de Cos). El IMV con dificultades de previsión y reparto. Los recursos se usarán como se puedan usar. Trabajo con agentes sociales y Ayuntamientos. Llegaremos a 850.000 ayudas. No podemos dar ayudas y después pedir que las devuelvan, tras ver si eran oportunas. Las situaciones de emergencia deben atenderlas los ayuntamientos y las autonomías (Escrivá).
Después, a preguntas de la prensa, banalidades sobre Reforma laboral, días y horas de jornada laboral, mejoras de las políticas de empleo. Y frases preparadas: “No conozco ninguna propuesta para jornada laboral”, “Modelos migratorios con crisis y tensiones”.”Nos hemos encontrado con una situación sobrevenida asociada a la pandemia”.
Hasta que el moderador, periodista con oficio, hurgó para sacar algo en limpio a Escrivá: “En Canarias y otras zonas ha llegado un porcentaje de inmigrantes importante que se han concentrado en las Islas Canarias y no se han podido hacer retornos hasta que los jueces lo han permitido. Cuando nos llegan los inmigrantes, una vez catalogados, tenemos que ocuparnos de los que son vulnerables, saber de dónde vienen y ver cómo acogerles mejor. Hemos usado hoteles hasta llegar a acuerdos con los países de origen. Hay que verlo en este contexto”.
No hubo más porque Escrivá volvió a lo que había preparado: Prevé recuperación muy vigorosa en el segundo trimestre del 2021. No conoce ninguna propuesta sobre la jornada de 4 días ni cree que vaya a existir. Justificación de retrasos en el IMV porque se hacen de forma rigurosa. España es el país más adelantado en el desarrollo del plan para usar los fondos europeos. Pacto de Estado sobre inmigración no partidista. Y el aviso de Illa para advertir que habrá vacunas para todos y de sobra.
Quedaron pendientes las explicaciones sobre la actuación del Gobierno ante las pateras que invaden las Islas Canarias, la disposición y financiación de los aviones que llevan inmigrantes a cualquier sitio desde el archipiélago. Y los motivos para el silencio de un señor de Albacete que es Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
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