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9 noviembre 2024
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JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Moción de censura como disculpa

No va a echar a Pedro Sánchez de la Presidencia del Gobierno, ni modificar el Consejo de Ministros, de momento. Solo pondrá sus vergüenzas, (con las de muchos), al aire, en una situación tan oreada y publicada que puede tener consecuencias.

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La Moción de Censura, presentada por Vox en el Congreso de los Diputados para censurar a Pedro Sánchez, puede ser la disculpa, y de hecho parece que lo es, pero no es el motivo que la anima. La disculpa es la razón que se da o causa que se alega para excusar o purgar una culpa. El motivo es la causa o razón que mueve para hacer algo que determina la existencia de una cosa o la manera de actuar una persona. Por lo que se ve, el motivo de Vox para presentar una propuesta para corregir a Pedro Sánchez, es distinto al supuesto. Sobre todo, si se repasa lo legislado, se tienen en cuenta las mociones del pasado y se calibran las posibilidades que esta moción ofrece a quien la presenta.

Repasemos lo conocido sobre la moción de censura próxima: Se anunció hace mucho tiempo, cuando lo práctico y usual es que las mociones se presenten sin anunciarse. Se cumplieron las previsiones legales en cuanto al número de diputados, fechas y formalidades. No se propuso, pero se insinuó un candidato ajeno a Vox para defender el programa de la moción constructiva y continuista que prevé la Constitución. Aunque se coqueteó con nombres y personas a los que adherir apoyos, no se negoció un consenso que, ahora se ve, no estorbaba pero tampoco interesaba.

Desde un principio, se creyó que la moción fracasaría, si se hacía como las anteriores. Presencia en los medios y publicidad gratuita para Vox. Retrato de los grupos frente a ella, con réditos para unos e intereses negativos para otros. Nada más. Pero hay que tener en cuenta las posibilidades que la Constitución y el Reglamento del Congreso de los Diputados permiten. Son tantas que no pueden impedirse, solo la Presidencia del Congreso puede atajar algunas, pero sin impedirlas. Es lógico que la Mesa del Congreso haya estudiado el asunto, en este momento y con las circunstancias que conocemos; y es razonable suponer (incluso maliciar) que el periodo que ha pasado entre la presentación de la moción y la decisión de la fecha para celebrarla se haya ocupado en pedir y contestar los informes de los Servicios Jurídicos de la Cámara que se necesiten. Una vez visto, con la asesoría de los Letrados de Las Cortes, se ha dispuesto que la moción se presente, defienda y vote en el Pleno del Congreso de los Diputados que La Mesa ha marcado para los días 21 y 22 de octubre.

A partir de lo legislado, lo pasado conocido. Y el uso de la disculpa de una moción de censura al Gobierno de Sánchez, para satisfacer los motivos que, a ojos de Vox y de una parte del electorado, la hacen necesaria. Veamos por qué: Aunque el Gobierno actual, de coalición entre comunistas y socialistas, se consiguió como se hizo, no es momento de analizar los engaños de Sánchez para conseguirlo, las trapacerías que pudo haber para negociarlo, ni los intereses legítimos o espurios, patrióticos o no, de los que anduvieron en el ajo. Como el triunfo de la moción parece imposible y los diputados que la firmaron lo sabían, lo que procede no es ver a qué conduce el intento, sino lo que supone ampliar la censura a Sánchez para hacerla extensiva al sistema político que tenemos y al estado de cosas que lo han permitido. Desde este supuesto, la posibilidades de censura con inmensas. Al sistema, por supuesto, pero no solo al sistema.

Con ello, y la legislación vigente que regula la censura, se abre para Vox un abanico de posibilidades en el que cabe todo. Desde la crítica pacata al conocido y muy desprestigiado hacer de Sánchez, que, con el curso previsto, puede haber sido concebida como añagaza y carnaza para simples. Hasta la censura total al Sistema, que pondría en solfa el Estado de Derecho y la democracia que (a punto de adulterarse) creemos disfrutar. Por ello, no es extraño suponer una crítica pormenorizada de todo. Con lo que significa. Por partes y a trozos: Leyes, ministerios, instituciones, partidos y asociaciones, organizaciones civiles o no, e incluso entornos personales tan especiales como las parejas de novios, o lo que sea, de vicepresidente del Gobierno con ministra, Presidenta del Congreso con ministro, o Fiscal General del Estado con un significado ex. Esto, si Vox lo decide, puede alargar la Sesión de Pleno hasta donde interese. Con ello, se trastocará lo que sea necesario e importe a quien presento la Moción ¿Roces con el Gobierno, con los grupos que lo sostiene y apoyan, y con la Presidencia del Congreso? Posiblemente. De cara al electorado, esos roces, siquiera por publicidad gratuita, favorecerán a Vox.

La situación, de aprovecharse por quien presenta la moción, además de calamitosa, puede suponer el secuestro de hecho de la actividad del Congreso de los Diputados, la paralización parcial de la actividad legislativa y el retraso de todas las actividades en las que interviene por un tiempo difícil de precisar. Puede que los servicios jurídicos del Congreso lo hayan tenido en cuenta y que la Cámara pueda hacerle frente, a través de la Mesa del Congreso o usando la autoridad de la ya muy usada y gastada Presidencia. Pero el previsto fracaso absoluto de Vox no va a producirse. En consecuencia, la ‘Moción de Censura como disculpa’ no va a echar a Pedro Sánchez de la Presidencia del Gobierno, ni modificar el Consejo de Ministros, de momento. Solo pondrá sus vergüenzas, (con las de muchos), al aire, en una situación tan oreada y publicada que puede tener consecuencias.


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