Por lo que apuntan, al último congreso del PSOE, en Valencia con Sánchez en la Secretaría General, se le ha perdido la g, de garra, que es sinónimo de uña y anzuelo; y la r, de real, que es análogo a serio e histórico.
El título y el congreso, así, se han convertido en un raro ‘Con eso PSOE-Sánchez, sin ‘gr’ y sujeto a Sánchez. La novedad no es solo nominal. Afecta al histórico y serio Partido Socialista Obrero Español, privado del anzuelo y uña que le caracterizaba. También, como novedad peligrosa, a la realidad y futuro de España, hasta ahora asentada en un PSOE que, tras su actividad pre-bélica y guerrera en la cuarta década del siglo pasado, propició la transición y cuarenta y tres años de democracia con monarquía parlamentaria disfrutados hasta ahora.
Para otear la realidad y lo que significa la sumisión del PSOE a su Secretario General, había un acto en Madrid que merecía la pena. En el Gran Casino de Madrid, promovido por Nueva Economía Fórum, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, presentaba al nuevo portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, el canario Héctor Gómez.
Batet, aún presidenta del Congreso de los Diputados pero apartada en su PSC catalán en beneficio de Salvador Illa, parece que por decisión de Iceta, no está, no puede estar, conforme con la decisión de Sánchez, que destituyó a su pareja sentimental, Juan Carlos Campo, en el Ministerio de Justicia, tras usarlo en unos indultos a los ‘indepes’ catalanes, delincuentes condenados por el Tribunal Supremo. En privado, Batet es crítica con la deriva autoritaria de Sánchez, pero en público no. Sabe que en su partido, como apuntó Alfonso Guerra, ‘El que se mueve no sale en la foto’. Y no se mueve. Como tercera autoridad del Estado, parecía importante lo que pudiera hacer en el Gran Casino. Y lo fue: Presentó a Gómez, limitándose a recordar la misión de portavoz. Encajaba lo que pudiera entenderse como un trágala forzado, o ejemplo de cómo el PSOE rinde culto y se somete al líder omnipotente que hoy es Pedro Sánchez.
Héctor Gómez, siguiendo el modelo, que tiene su origen en el Palacio de la Moncloa y que vía Ferraz se asentó en Valencia, hizo lo que se esperaba de él: Llamarse Andana en las cuestiones importantes, pasar el rato, eludir temas y pelotas calientes o templadas, evitar declaraciones espinosas, y acortar su intervención. Entre las muchas preguntas que hubo, elijamos una. Visto el afán socialista por una Reforma de la Constitución, publicitada hasta la saciedad y sin explicar, interesaba que el portavoz opinara sobre ello. La pregunta fue: “¿Cuál es la postura del PSOE en la reforma de la Constitución sobre: Jefatura del Estado y Monarquía. Y, en un Estado Federal, con qué estados y con qué número de estados?” La cuestión es capital, pero el portavoz en estreno no se estrenó. Dejó sin contestar la pregunta para irse de excursión a los cerros de Úbeda, o a las lavas que produce la erupción de un volcán que asola en la isla canaria de La Palma. Como ésa, por muy importantes que fueran, las demás. En su lugar: Diálogo, Vamos a ver y estudiar, Estamos trabajando. Chauchau. Nada más. Como Batet y colegas de partido, sumisión. Pero no sólo, ni insulsa. Porque, tras el silencio, hay acatamiento y acaso miedo o codicia por seguir en la pomada. Y, también, algo disimulado que es más importante que el interés personal, de grupo o regional: La puesta en escena de algo tan importante como la Reforma de la Constitución. Un intento que va a necesitar el retrato de los grupos políticos españoles, el cálculo de las posibilidades para conseguirla, las cábalas de unos y otros con los intereses de cada uno. Y todo lo que hay alrededor, conocido o no. Es lógico, pero, además y tras ello, la Reforma de la Constitución, anunciada y supuestamente pretendida, también es el baluarte opaco y buscado que, como escaparate, beneficia a Sánchez porque oculta los perjuicios que han producido él, el partido que le acoge y encumbra y el gobierno que preside con los coaligados y apoyos que lo mantiene. Con esa reforma, aritméticamente difícil sin el concurso del PP, Sánchez, en el PSOE y en un gobierno de coalición o sin él, esconde las desgracias debidas a su incapacidad, forma de ser o gobernar.
En consecuencia, el Congreso PSOE-Sánchez, sin g ni r, se queda en un ‘Con eso PSOE-Sánchez’: Una artimaña sagaz, caiga quien caiga, usada al margen de todo y de todos en beneficio de Pedro Sánchez. Falta saber por cuánto tiempo y con qué coste.
Más artículos del mismo autor:
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Guardias civiles el 12 de octubre
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Yolanda empieza por yo
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Bajar a Madrid, al Ritz, desde unas zapatillas
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez, dueño y señor de vidas y haciendas
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Afganistán, Pedro Sánchez, Íñigo Errejón…
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Informaciones «Moncloa Palace»
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Marlaska y el M.A.L.
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Reventón del Gobierno
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Libertad, Código Penal, Fiscalía y ministros
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Judicialización política de un indulto
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Pablo Casado tendrá que gobernar
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez, Iglesias y Arrimadas, ¡a empinar chiringas!
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Balas en campaña
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Ministra con vocales fuertes y débiles
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / El intríngulis y Yolanda Díaz
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Pablo Iglesias y la regla oro de fiscal
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Idiotas en La Moncloa
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Doña Inés (arrimadas) de Murcia a Lavapiés
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / En el PP, tibios, triviales y flojos (o no)
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Urnas y runas en Cataluña
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Fondos europeos ante el Consejo de Estado, con el Gobierno al acecho
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Iceta, Darias, Don Tancredo y Tentetieso
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Crisis ministerial, no de Gobierno
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez, vicepresidente de su vicepresidente
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Populismos
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Discurso real 2020, un mosaico sustantivo
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Pateras en Canarias, aviones a cualquier sitio y un señor de Albacete
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / PNV, Ortuzar y el tridente de Neptuno
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Traspasar a Pedro Sánchez
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Puñetazos en la mesa y codazos en el hígado
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Alarmas ante el proyecto de Ley de los Presupuestos
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / La ministra de Hacienda, contra unos Presupuestos Generales del Estado de consenso
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Salvador Illa puede salir del Gobierno, por guapo
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Una trampa del Gobierno
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Cortejo PSOE-Casado ante Abascal e Iglesias
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Moción de censura como disculpa
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Confinados y confitados en Madrid
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Pregunta sin respuesta sobre el futuro
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez y Díaz Ayuso “ab urbe condita”
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / La Operación Kitchen, retrato de cuerpo entero del PP
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Clan Neguri, relevo en BBVA, alboroto en ABC y una fusión
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / El posado de Irene Montero
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Ciscar políticos
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez en Bruselas: Papel o papelón
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Rescate europeo y madriguera de conejos
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez e Iglesias, “tanto monta”, sin pollos
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Los calzoncillos de Iglesias en el Gobierno de Sánchez
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Una ministra de Hacienda sin cometa
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Marlaska y la cabra de la Legión
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / La volatilización de Pablo Iglesias
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Alarmas en el estado de alarma
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Cuchipanda de ministras y ministros
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Un ministro agarrado al micro
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Gobierno, no panda moñas
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Sánchez y su Gobierno deben responder
- JOSÉ LUIS HERAS CELEMÍN / Pedro Jota, un periodista metido a empresario