Abel Ramón Caballero (Ponteareas 1946) es un político gallego de larga trayectoria. Excomunista reconvertido al socialismo. Ministro con Felipe González de Transporte, Turismo y Comunicaciones. Diputado nacional en las Legislaturas II, III, IV, V y VI. Diputado del Parlamento de Galicia. Candidato a presidente de la Xunta por el PSOE barrido por Manuel Fraga. Alcalde de Vigo. Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Presidente de Autoridad Portuaria de Vigo. Y novelista.
Vaya tío Abel Caballero. Es el título de una canción, de Tony Lomba & Elio dos Santos, que define con gracia y un punto de sarcasmo a uno de los políticos gallegos del momento. Caballero estaba hoy en Telecinco y ante Ana Rosa Quintana hizo algo tan fuera de razón que merece ser tenido en cuenta. Dijo que Alberto Núñez Feijóo, hoy presidente de la Xunta y candidato del PP a repetir en el cargo, intentó dar el salto desde Galicia a España y que el PP se lo impidió ¡Vaya tío Abel Caballero! Porque, como es sabido, la realidad es la contraria: En su momento, cuando desde algunos focos de poder del PP se le pedía a Núñez Feijóo que abandonara Galicia para sustituir a Rajoy, decidió cumplir su compromiso con los gallegos y quedarse en Galicia.
Ante esa realidad, pública y conocida por todos, hoy el Presidente de la FEMP mandó la verdad de vacaciones para tratar de enhebrar un juicio con el que hacer frente a la realidad de un Núñez Feijóo que proclama su libertad frente a disciplinas de partido con vistas a repetir la que, dicen las encuestas, sería otra mayoría absoluta del PP en Galicia.
Como en política pocas cosas pasan por casualidad, parece oportuno tratar los motivos de Abel Caballero para un dislate que puede convertir las cañas favorables al PSOE (que debiera apetecer como socialista) en una lanzas efectivas en el PP para dar al traste con la posible alternancia de poder en la Xunta. Como parte del intríngulis, un par de preguntas:
¿Por qué mintió Abel Caballero en Telecinco? Si hubiera sido un hecho aislado, podría encontrar disculpa en la improvisación o en el intento de favorecer a un sobrino suyo que, dijo él, es el candidato socialista para presidir la Xunta oponiéndose a Núñez Feijóo. Pero no es algo aislado. Después, en La Cuatro y en el programa de Risto Mejide Todo Es Mentira (TEM), al ver su mentira descubierta, trató de maquillarla con una especie de razonamiento que pretendía disfrazar el embuste, su trola, en una personal y muy libérrima interpretación de lo que él pudiera creer que pasó en el PP.
¿Es creíble Abel Caballero en este caso? Hay algunas circunstancias que pueden reseñarse a favor de una respuesta afirmativa: Su inteligencia, que es la que es, a su edad puede estar ofuscada. Inició su carrera en política en el Partido Comunista y allí pudo adquirir una falta de objetividad frente a la derecha política española, que pudo alimentarse con su derrota electoral ante Manuel Fraga. Como ministro no demostró fuste y valía especiales. Y algunas más. Pero hay otras realidades que tener en cuenta: Su vida y trayectoria no son las propias de un estúpido. Ni de un botarate. Abel Caballero no es un estúpido, ni un botarate. Ha sido un diputado autonómico y nacional con la valía propia en los diputados autonómicos y nacionales. Como Presidente de la FEMP ha bajado el listón tras sustituir a Íñigo de la Serna, pero no mucho. Y como alcalde de Vigo, con iluminaciones navideñas o sin luces, ha tenido éxito.
Sin contestar las preguntas, u orilladas con sus respuestas, lo cierto es que Abel Caballero, un septuagenario con historia y que sabe lo que pasa, ha cometido la torpeza de atribuir al candidato popular Núñez Feijóo una conducta mentirosa. Importan los motivos, claro que importan. Pero, como no están claros ni son conocidos, cabe la especulación: Torpeza frente al ambiente de embustes que han impuesto Pedro Sánchez e Iván Redondo. Rencillas en el PSOE, aireadas en tiempos y que pudieran seguir. Estrategias ante Mareas gallegas, representación de Ciudadanos en Galicia. Postura ante el Bloque Nacionalista Galego en busca de votos. La memez de unos posibles celos frente al sobrino candidato que en esta ocasión podría mejorar el resultado electoral del hoy alcalde de Vigo cuando se enfrentó a Manuel Fraga. Parto desgraciado de un novelista desnortado, o con norte invernal desconocido, que, buscando qué rascar, se equivoca de objetivo y convierte al adversario en aliado y al compañero sobrino en enemigo. O, por qué no si a la postre es lo que produce la mentira, Abel Caballero a favor del PP en la campaña electoral gallega.