Tras casi nueve años como alcalde de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco ha formalizado este domingo ante el pleno su renuncia, consecuencia del escrito previamente presentado el viernes en el que expresaba su decisión.
El lunes se sabrá quién le sucede, finalmente, en el cargo, dado que eso dependerá de si Izquierda Unida da el plácet o no al candidato propuesto por el PSOE. Hasta ahora, las negociaciones siguen abiertas, según han confirmado algunas fuentes conocedoras a LA CRÓNICA.
A las doce en punto de la mañana ha entrado Blanco al salón de plenos, donde ya le esperaba la corporación, junto a un buen número de periodistas y políticos provinciales y regionales.
El servicio público como vocación
Asegura Blanco que el servicio público «ha sido, es y será» su vocación». Con once años asistió a la toma de posesión de Florentino García Bonilla, «el alcalde de alcaldes» de Azuqueca. Lo recuerda aún y lo tiene como referencia.
«No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió», ha planteado este 3 de marzo de 2024, con una cita de García-Márquez para reflejar su estado de ánimo.
En el Ayuntamiento comenzó como concejal con 23 años, en 1991, después de una precoz actividad en el movimiento asociativo local. «Soy trabajador de Renfe», empresa en la que ingresó con 17 años. Ahora vuelve a la actividad plena, como Director de Relaciones Institucionales.
«Durante estos casi 21 años en el Ayuntamiento he dialogado muchas veces», ha enfatizado.
Tendrá que seguir dialogando con IU, por lo que parece. El primer agradecimiento expreso ha sido «para María José», en referencia a la portavoz de ese partido, para seguir luego con otros concejales.
Ha sido al mencionar a su familia cuando ha estado más cerca de no poder contener la emoción. En ningún momento ha dado explicaciones concretas del por qué de su marcha más allá del ya esgrimido nombramiento como cargo de confianza que le coloca en la cúpula directiva de Renfe.
Este lunes, por la tarde, asistirá como concejal al pleno de investidura del nuevo alcalde y saldrá del Ayuntamiento como ciudadano raso, una vez renuncie a su condición de edil azudense, algo que tendrá efecto ese mismo 4 de marzo.
A las 12.18 concluía su intervención, entre un aplauso de todos los presentes. Se cerraba así toda una etapa en la política de Azuqueca de Henares.
