No lo digo yo, lo dice la Comisión Europea. Me explico. Un nuevo y grave peligro se cierne sobre algo tan emblemático y nuestro como son los campos de lavanda. Esos que son seña indiscutible de Guadalajara. Aquellos que se han convertido en divisa e imagen de la misma, con su explosión de colores y tonalidades moradas cada mes de julio. Desde la Unión Europea se pretende incluir a los aceites esenciales de lavanda y lavandín dentro de la categoría de productos químicos. Una decisión que podría acabar con la producción natural de lavanda en España.
Así consta en la estrategia sostenible de productos químicos de la UE, pilar del denominado ‘Pacto Verde’. La inminente revisión de la legislación sobre productos químicos (REACH) puede conducir a que el aceite esencial de lavanda sea etiquetado como tóxico a partir de 2025.
Los lejanos despachos de Bruselas pretenden calificarlo como un producto químico y consideran, ¡que ha de llevar la etiqueta de “tóxico”!
Esto supondría el fin del mercado europeo de plantas aromáticas y de su cultivo en regiones tan reconocidas como la Provenza francesa y nuestra Alcarria. La desaparición de esos emblemáticos paisajes y de las 2.500 hectáreas dedicadas al cultivo de plantas aromáticas en Guadalajara, estaría más cerca que nunca. Un cultivo que proporciona trabajo a un millar de personas generando unos ingresos aproximados de cinco millones de euros. Una nueva puñalada asestada a una comarca tan castigada ya por la despoblación, el abandono y la indiferencia a la que nos tienen sometidos las diferentes administraciones.
Pero ¿qué es el “Pacto Verde” que la burocracia europea quiere imponer a nuestro sector primario y a nuestro medio rural? Este invento de la Comisión Europea es el instrumento elegido para cambiar radicalmente nuestro modelo económico y social en base a los criterios de la ideología verde. Incluye políticas sociales y acciones contra el cambio climático con objetivos utópicos. También leyes de sostenibilidad sin base científica o nuevas reglas en el sector energético que terminarán pagado los consumidores. En definitiva, un sin fin de estrategias varias para redirigir la industria europea hacia la economía verde, y las exigencias de la nueva y pujante religión ecologista. Agenda 2030 en estado puro.
VOX está totalmente en contra de un pacto impulsado por una Comisión Europea, que hay que recordar, es un organismo que no ha sido elegido directamente por los ciudadanos. Esta normativa que está construyendo la euroburocracia no forma parte de ningún plan realista que garantice la preservación del medio ambiente. Sus medidas únicamente van destinadas a crear un orden político nuevo que modifica sustancialmente la vida de las personas. Las llamadas “transiciones ecológicas” consisten en trasferir ingentes cantidades de dinero de las clases medias y trabajadoras, a las élites que impulsan la agenda climática.
Son iniciativas encaminadas a la imposición de una religión climática ecolojeta urbanita en Europa por gente que nunca ha pisado un campo y poco sabe de la vida que lo rodea. Mientras tanto, hacen la vista gorda ante los crímenes medioambientales perpetrados por China y otras potencias regionales.
La conservación y mejora del medio natural ha de llevarse a cabo respetando la calidad de vida de las personas. El peso de este cambio no puede recaer en los hombros de los españoles, y mucho menos en forma de “impuestos verdes”. No puede convertirse en una excusa para criminalizar a nuestros agricultores.
Este ataque a nuestros campos de Lavanda es un ejemplo más de lo que significa el trágala del Pacto Verde al que nos quiere someter la Comisión Europea. Como el anterior ataque sufrido por los ganaderos. No ven el campo como un sector estratégico esencial. Ni ven a sus hombres y mujeres como depositarios de un secular patrimonio cultural, histórico y moral que hay que respetar, conservar y promover. Para ellos solo son una amenaza, simple producción que hay que regular. Tecnocracia pura y dura, sin corazón ni alma.
Este Pacto Verde y esta Agenda 2030 es aplaudida incondicional y entusiásticamente por PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos en Europa. Sus postulados fueron votados y asumidos por todos ellos. Significa cargar a nuestros productores con regulaciones inasumibles que terminan por destruir nuestro mar, nuestro campo y nuestra industria. Al mismo tiempo, la política de puertas abiertas al producto extranjero, supone la desaparición de numerosas explotaciones agrícolas y ganaderas. Atan a los productores europeos de pies y manos y firman convenios con países extraeuropeos, que no son precisamente referentes, en la lucha contra la contaminación fitosanitaria y medioambiental.
Frente a este Pacto Verde y la Agenda 2030, desde VOX reivindicamos nuestra Agenda España. La única que defiende lo nuestro y a los nuestros. Sin miedo a nada ni a nadie, como sólo nosotros sabemos hacerlo. Otros partidos, se llenan aquí la boca diciendo defender a nuestro campo. Luego llegan al Parlamento Europeo y votan lo contrario, arrodillándose ante las exigencias de la globalización. En esta defensa de la lavanda y de nuestro campo alcarreño VOX va a dar en las instituciones europeas la cara hasta el final.