El Alcalde nos adelanta hoy que solicitará la declaración de zona catastrófica, y yo les digo que lo que es una catástrofe es la gestión de Alberto Rojo al frente del Ayuntamiento de Guadalajara.
Sin ánimo de ofender e intentando hacer una crítica constructiva he de decir que, bajo mi criterio, no se ha actuado correctamente desde el principio. El viernes por la noche tendrían que haber tenido a todas las máquinas trabajando y, desgraciadamente, no fue así. Si se hubiera contado con toda la maquinaria durante la noche del viernes, el domingo Guadalajara hubiera estado transitable.
Sin ser una experta, tampoco entiendo que la maquinaria pequeña trabaje en las calles anchas de Aguas Vivas y, sin embargo, máquinas más grandes estén trabajando en Bardales, que por muy buenos que sean los conductores, que me consta que lo son, se llevan los pivotes por delante.
La prioridad en estos casos es limpiar cuanto antes cuando la nieve esta blanda y es por ello que todos los esfuerzos se tendrían que haber hecho desde el principio, y no ahora que los operarios tienen que trabajar el doble para poder retirar la nieve helada.
Tampoco entiendo cuál ha sido la prioridad a la hora de limpiar unas calles u otras, hemos visto cómo no se podía acceder al Hospital cuando solo tenemos uno, ni a las farmacias de guardia, algo absolutamente esencial; a día de hoy, siguen sin tener acceso muchos centros educativos, cuando en pueblos de la provincia que también han estado muy afectados por el temporal como Sigüenza o Atienza reanudaron ayer ya las clases.
Solo veo desorganización y falta de previsión y no entiendo qué protocolo se ha seguido.
Como ejemplo de la falta de organización, les recuerdo que el día 11 de enero lunes, el propio alcalde anunció que el miércoles -por ayer- se habría actuado ya “en todas y cada una de las calles” de Guadalajara, una previsión muy alejada de la realidad.
Es obvio que nos encontramos ante una situación difícil, pero es fundamental tener grandes gestores en situaciones difíciles, y en Guadalajara por desgracia, no se ha estado a la altura de las circunstancias. Menos mal que ayer llegó el Ejército.