La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha dado la voz de alarma sobre la complicada situación que afrontan muchos pequeños estados insulares, esos paraísos soñados por tantos turistas. Los mismos turistas que no tienen intención de desplazarse, por miedo al coronavirus. El impacto que está teniendo la COVID-19 en el sector pone en riesgo millones de puestos de trabajo y la supervivencia de miles de empresas. Como siempre, los más vulnerables son las mujeres y los trabajadores informales.
Según los datos más recientes de la OMT, el turismo representa más del 30% de las exportaciones totales en la mayor parte de los 38 países que son considerados «pequeños Estados insulares en desarrollo», y que se conocen técnicamente por las siglas PEID. En algunos países, este porcentaje se eleva hasta el 90%, lo que los vuelve especialmente vulnerables a la caída del número de turistas.
Caída inmediata a la mitad en el número de turistas
En 2019, los PEID recibieron alrededor de 44 millones de turistas internacionales y el sector generó 55.000 millones de dólares de los EE.UU. en ingresos de exportación. Las llegadas de turistas internacionales cayeron un 47% en los cuatro primeros meses de este año.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, recuerda que “la pandemia de COVID-19 ha causado una disrupción sin precedentes. Las llegadas de turistas internacionales han caído de forma dramática, y los destinos que dependen del sector para mantener el empleo y el bienestar económico, como las pequeñas islas, serán los más duramente afectados. Por ello, hoy más que nunca hacen falta medidas para mitigar el impacto de la COVID-19 en estos Estados y para estimular la recuperación del turismo”.
La OMT subraya además el riesgo que plantea para aquellos que trabajan en la economía informal el desplome repentino de las llegadas de turistas a los PEID. Como sector, el turismo es uno de los sectores que más empleo generan y, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la mayoría de los PEID, más de la mitad de los trabajadores de la hotelería y la restauración son mujeres. En muchos de ellos, esta proporción es todavía mayor, como ocurre en Haití y Trinidad y Tabago (70%+).
Al mismo tiempo, el impacto de la COVID-19 podría hacer caer en la pobreza a los trabajadores de la economía informal de los PEID y de otros países de rentas bajas y medias, señala también la OMT.