Isabel Álvarez es responsable del Área de Mujer de IU CLM

Este sábado 3 de diciembre se ha celebrado una “Caravana del Amor” en un restaurante de Olías del Rey (Toledo) por el mismo promotor de las caravanas de mujeres, que en este caso ha optado por el cambio de nombre para la misma actividad.

No queda lejos la semana del 25N donde todos los ayuntamientos e instituciones se manifiestan contra las violencias machistas y se comprometen a poner medios para su eliminación.

Pero las iniciativas quedan en cosmética cuando nos encontramos de nuevo con la publicidad en redes de un “autobús del amor” esta vez en Olía del Rey en la provincia de Toledo, reeditando otra entrega de la caravana que intentó pasar por Carranque en mayo y no lo logró porque el rechazo social y el propio ayuntamiento lo pararon.

En Olías en la semana del 25 de Noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, se han inaugurado contenedores de tapones y toldos de ganchillo contra la violencia además de relatos y lecturas de manifiesto entre otros actos. Pero estas actividades no casan con nada cuando, por un lado se afirma perseguir la igualdad y con la otra se es anfitrión de un evento casposo, retrógrado y machista.

Desde Izquierda Unida nos debatimos nuevamente entre darle publicidad gratis al recurrente evento de la asociación ASOCAMU o volver a denunciar, como ya hicimos en su momento, que no estamos en el Oeste. Olias no es California, no pertenece a una zona despoblada y la A-42 atraviesa el municipio y aunque así fuera, las zonas despobladas, aun con grandes carencias, cuentan con televisores y carreteras más o menos accesibles para desplazarse.

Por ello, no es necesario actuar de alcahuete o celestino para que se colmen ningunas necesidades amorosas (por llamarlas de alguna manera). Repetiremos hasta la saciedad que las mujeres no son una mercancía que a modo de ganado se sube a un autobús para descargar en el cercado (bar en este caso que describimos) con cena de sangría y carcamusas como bonus.

Solo una red extensa, coordinada y con recursos que parta de políticas de sensibilización, prevención y detección, trabajada desde los municipios puede actuar como escudo de protección ante la violencia machista. Sin embargo, también es imprescindible acabar con el mercadeo del cuerpo de las mujeres entre los que se encuentran eventos que las utilizan como reclamo. Lo uno sin lo otro, queda en una apariencia, en fotos y en inauguraciones de señales que no acabará de dar resultados y anula el trabajo que tanto esfuerzo está costando a los colectivos, administraciones y ciudadanía.