La noticia más leída en LA CRÓNICA este fin de semana ha sido, y puede que siga siendo, la posibilidad de cambiar el recorrido de los encierros que desde 1979 han convertido a la Guadalajara en la única capital de España, junto junto con Pamplona, donde se corren en puntas los toros que luego se lidian por la tarde.
Van a cumplirse, por tanto, 45 años desde aquellos inicios, con encierros ininterrumpidos desde entonces, salvo los dos años de la pandemia. El impulsor de los encierros fue el por entonces joven alcalde de Guadalajara, el socialista Francisco Javier Irízar Ortega, con la colaboración inestimable del ya fallecido Ricardo Calvo, que era teniente de alcalde.
Para hacer realidad esta iniciativa en una tierra tan aficionada a los festejos taurinos populares no hubo que buscar participantes, aunque fuera con vaquillas de Sopeña en las primeras ediciones, sino lograr superar la oposición frontal del gobernador civil de la época. Aquello fue un choque en toda regla entre UCD y PSOE, casi de alcance nacional.
Irízar recuerda para este diario aquellos planteamientos, en los albores de la España democrática y en una ciudad bien diferente a la actual: «Los encierros de Guadalajara se concibieron con un recorrido totalmente distinto al actual», resalta Irízar, a preguntas de LA CRÓNICA.
«La idea que tenía como alcalde era que el recorrido inicial –por la travesía de Santo Domingo– se consolidase y construir unos corrales definitivos para la salida de los toros en lo que entonces eran naves que albergaban los servicios municipales, las que antes fueron el matadero (actual Museo Sobrino), donde ya se había construido un corral provisional que no reunía muchas condiciones». Los corrales, de hecho, se mantuvieron todos esos primeros años en un solar de la calle Matadero, donde después se construyó una vivienda particular.
«La remodelación de la plaza de Santo Domingo y la construcción del aparcamiento se realizaron en el año siguiente a cesar yo como alcalde y no se tuvo en cuenta, como era mi deseo, poder compatibilizarlas con mantener el recorrido inicial del encierro, a causa de la escasa sensibilidad que la corporación presidida Blanca Calvo tenía hacia esta tradición», rememora Irízar.
En estos momentos, está pendiente de acometerse una obra de reforma integral de la Travesía de Santo Domingo, al tiempo que parece totalmente descartada la ambiciosa transformación de la plaza que se llegó a anunciar en 2022, que de llevarse a cabo condicionaría durante mucho tiempo no sólo el uso de este céntrico emplazamiento sino también el desarrollo de los propios encierros en años posteriores.
Respecto a la propuesta de hacerlos pasar por la Calle Mayor, el primer alcalde democrático de Guadalajara desde antes de la guerra civil reconoce que «desconocía la idea de hacerlos pasar por la Calle Mayor. No sé en este momento si será posible o no, pero en cualquier caso contaría con todo mi apoyo, porque entiendo que el recorrido actual hace que la mayor parte del encierro no tenga la emoción que este merece.»