Este jueves, la Fundación Siglo Futuro fue la anfitriona en Guadalajara de tres ponentes de prestigio en sus respectivos campos de actividad. De la terna, quien más optimismo (y claridad en su exposición) generó entre los espectadores fue Carmen Cámara Hijón, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología e inmunóloga clínica del Hospital Universitario La Paz. Lo logró por las expectativas planteadas sobre el final de la pandemia.
En sus diferentes intervenciones, esta científica española afirmó con rotundidad que, pese a todo, con el COVID-19 «hemos tenido suerte, es un virus que muta poco»… lo cual no significa que esté todo hecho. Cámara apuntó directamente a la necesidad de generalizar la vacuna en todos los países, si no queremos propiciar posibles nuevos focos, esencialmente en África, con los que se podría propiciar a medio plazo una mutación o una nueva variante del virus. Para el caso de España y de Occidente en general, una vuelta atrás se antoja sumamente improbable.
Cármen Cámara: «Que los políticos hagan caso a sus técnicos»
«Las vacunas de ARN van a ser una revolución incluso para el cáncer», recalcó Carmen Cámara, aun admitiendo que su punto débil en la actual pandemia es que aún no tengamos certeza sobre el tiempo que protege a los inoculados. La inmunóloga avanzó que la revacunación de la población no debería ser necesaria más que cada tres o cuatro años.
Igual de contundente se mostró Cámara en sus críticas a la existencia de «17 sistemas de salud en España», algo que calificó de «desatino» y que le llevó a insistir en la necesidad de un comité técnico de coordinación, de ámbito nacional y a salvo de los criterios meramente políticos. «No debería volver a pasar que unos políticos no hagan caso a sus técnicos» a propósito de las vacunas, alertó.
Santos Ruesga: «No nos va a cambiar tanto la vida»
Contraviniendo visiones apocalípticas muy frecuentes en los últimos meses, Santos Ruesga (catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid) aventuró que todo lo ocurrido con la pandemia «no nos va a cambiar tanto la vida», al extremo de que «volveremos a la casilla de salida, con ligeras variantes; no cambiará lo que consumíamos ni cómo lo hacíamos».
Esa falta de grandes cambios no es necesariamente tranquilizadora ya que, como resaltó, actualmente «la Unión Europea sólo tiene 9 de las 100 mayores empresas del mundo», Corea ya adelantó a España en PIB per capita en 2010 y nos ha dejado muy atrás en ese aspecto. ¿Por qué esa falta de relevancia económica europea y, sobre todo, española? Para Ruesga, «el crecimiento va a la par de que haya instituciones que funcionan, al menos, con estabilidad», algo que no suele darse por estos pagos o en la misma medidas que en otros lugares. Entre tanto, la reactivación más inmediata de la economía española pasa, inevitablemente, por el turismo.
A pregunta del director de LA CRÓNICA, reconoció Ruesga sus temores de que los fondos de la UE que habrán de llegar no queden al margen de la discrecionalidad y, sobre todo, de la improvisación. «Aquí no se evalúa nada, ese es el problema», se lamentó.
Nacho Cardero, ante la «erosión de las instituciones»
El guadalajareño Nacho Cardero, director del diario digital El Confidencial, trazó en su intervención un somero recuerdo, necesariamente sombrío, «del progresivo deterioro del Estado de Derecho; de un Tribunal Constitucional que previsiblemente tumbará el Estado de Alarma que se aplicó; los continuos ataques a los medios y a los periodistas, hechos con nombres y apellidos; el auge de los populismo, con Podemos, Vox y Cataluña…».
Ante la «erosión de las instituciones» la propia existencia del periodismo como contrapoder se ve dificultada no sólo desde el Gobierno sino por «la dictadura del algoritmo». Aun así, Cardero confía en que la Prensa y la regeneración democrática coincidan, por más que la «revolución digital» vaya «más rápida que la propia sociedad» y sean las grandes tecnológicas las que «marcan la distribución de las ideas». Con todo, se mostró esperanzado de que se pueda «llegar a la sociedad de la comprensión», para lo cual el periodismo ha de jugar un papel decisivo.
A lo largo de dos horas, esta vez hubo tantas preguntas como respuestas. Los que no pudieron verlo desde el salón de actos de la Universidad de Alcalá en Guadalajara o través de Facebook, pueden recuperarlo desde este enlace.