La tradicional Caballada de Atienza, fiesta de interés turístico nacional y declarada también por el Gobierno de Castilla-La Mancha como Bien Cultural Inmaterial, y que rememora la hazaña que permitió salvar al rey niño Alfonso VIII de caer en las manos de su tío Fernando II de León, volvía este domingo tras dos años de parón debido al COVID-19.
Los herederos de la cofradía salieron ataviados con la típica capa castellana y con sombrero, parte de una tradición muy asentada que cuenta con 860 años de historia.
Los actos arrancaban a las diez de la mañana; desde Atienza, los hermanos van a caballo hasta la ermita de la Estrella y allí se desarrollan eventos como la procesión de la Virgen de la Estrella, habrá una misa, el baile de los hermanos ante la imagen de la Virgen y la tradicional carrera de caballos, con rituales que se mantienen año tras año.
El recuerdo de Santiago Bernal
A estos eventos se suma la exposición que se inauguró el pasado 15 de mayo con fotografías cedidas para la muestra por Ángel de Juan y, por tercer año consecutivo, se realizará un concurso de fotografía que lleva el nombre de Santiago Bernal, fallecido el pasado año y que era hermano de la Cofradía de la Caballada, un atractivo más para los visitantes de Atienza.
Este año se ha querido hacer un pequeño guiño a la candidatura del Patrimonio Mundial de la Unesco de los pueblos de Atienza y Sigüenza incorporando el logo de la misma en los eventos de esta celebración entendiendo que en el video promocional de dicha candidatura se hace también mención a la Caballada.