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8 septiembre 2024
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Hay turismo muy atractivo más allá de las playas en República Dominicana y en Centroamérica

Medio ambiente, gastronomía, cultura y tradiciones son algunos de los pilares del turismo de Centroamérica y República Dominicana, que, como se comprueba en este reportaje contribuyen al desarrollo sostenible autóctono de la región.

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Algo viene cambiando desde hace años al otro lado del Atlántico. El turismo en Centroamérica y en la República Dominicana, que colaboran intensamente en este ámbito, está alineado con el desarrollo económico autóctono y de un modo cada vez más inteligente. La oferta para los visitantes tiene, entre sus ejes principales, la protección del medio ambiente de cada país, una gastronomía que se cocina con ingredientes cultivados por productores locales y la conservación de la cultura y las tradiciones de los pueblos indígenas.

Como destaca Carolina Briones, Secretaria General de la Agencia de Promoción Turística de Centroamérica (CATA, por sus siglas en inglés), “queremos poner en valor un turismo que beneficie directamente a la gente de nuestra región. El turismo es un sector fundamental no sólo para los gobiernos o grandes empresas, sino también para el pequeño comercio o el agricultor, por poner dos ejemplos”.

Una Naturaleza que impacta

Lo anterior se traduce en que los países de Centroamérica y República Dominicana se preocupan por poner en valor un turismo que conviva en armonía con el medio ambiente. No se puede soslayar que la zona alberga el 12% de la biodiversidad, es la segunda con mayor avistamiento de aves del hemisferio occidental y forma parte del segundo arrecife de coral más gran del mundo. Estamos también ante un santuario tropical único, rodeado por el océano Pacífico y el mar Caribe.

La gastronomía, un tesoro en la mesa

En cuanto al turismo gastronómico, la región ofrece a los visitantes una rica fusión de la cocina indígena, africana y española, que tiene su base en el maíz, cultivo autóctono que forma parte de la base alimentaria de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica que habitaron la región. Además del maíz, hay que destacar productos como la yuca, frijoles negros y rojos, maní, arroz, chiles, aguacate, cacao, piña, coco… Todos ellos, además, cultivados por productores locales que tienen en el turismo una importante fuentes de ingresos.

La arqueología y la etnología, diferenciales

Centroamérica y República Dominicana es también es el lugar donde seguir la huella de diversos linajes precolombinos. En el istmo centroamericano se encuentran enclavadas las etnias de los Lenca, Tolupanes, Maya Chortis, Payas, Tawahkas, Misquitos, Sumo, Rama, Ulwas, Marribio, Chorotega, Nagrandano, Nicarao, Sutiaba, Matagalpa, Chontal, Guatusos, Quitirrisí, Malekú, Bribri, Talamancas, Emberá, Nagate y los artísticos Kuna.

Así mismo, Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras son el hogar donde viven cerca de seis millones de descendientes de la milenaria cultura Maya. Por tanto, en Centroamérica los viajeros pueden conocer de primera mano la ruta trazada por esta sorprendente cultura, la cual, adelantada a su tiempo, legó tras su paso las señales y vestigios que demuestran su esplendor.

En esta línea, Guatemala maravilla con los sitios y parques arqueológicos El Mirador–Río Azul, Uaxactun, Tikal, Yaxha-Nahum-Naranjo, Quirigua y Takalik Abaj. Belice fascina con su extraordinaria, y hasta ahora poco conocida, riqueza milenaria que consta de más de 1.400 sitios mayas entre los que destacan el Cerro Maya, Santa Rita, Altun Ha, Lamanai y Baton Creek. El Salvador cautiva por el encanto de los sitios arqueológicos de San Andrés, Cara Sucia, Tazumal, Cihuatán, Joya de Cerén, Casa Blanca, y Santa Leticia; mientras que Honduras conserva las imponentes ruinas de Copán, Rastrojón y El Puente, entre otros sitios arqueológicos.

Mujer kuna bordando una mola tradicional.

Aquí el folklore es cultura viva

En República Dominicana, la herencia taína sigue muy presente en todo el país. Los taíno-arawak fueron los primeros habitantes del país que se establecieron antes de la llegada de los españoles. Actualmente el espíritu de los taínos sigue muy latente en la idiosincrasia nacional. Desde el legado de esta cultura precolombina, que se puede descubrir en diferentes museos del país, como el Museo del Hombre Dominicano en Santo Domingo o el Arqueológico Regional Altos de Chavón, hasta la gastronomía, como el delicioso casabe de yuca.

También las bucólicas y señoriales ciudades coloniales, fundadas a lo largo y ancho del camino real que interconectaban a los pueblos autóctonos, conservan la herencia cultural de Centroamérica. En Panamá, destaca Panamá La Vieja, fundada en 1519, el casco antiguo, la moderna ciudad de Panamá, Portobelo, el Valle de Antón cuya población está asentada sobre un cráter extinto y Chiriquí. En Nicaragua, León y ‘La Gran Sultana’, como es conocida la ciudad de Granada, ambas fundadas en 1524.

Máscaras tradicionales.

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