Un estudio llevado a cabo por investigadores del grupo en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha y del Centre for Conservation Science de la Royal Society for the Protection of Birds confirma y cuantifica en un 37% el declive poblacional de la tórtola europea en España entre 1996 y 2018. También desarrolla un modelo predictivo que muestra las áreas más favorables para su presencia y abundancia en función de los usos del suelo.
Teniendo en cuenta la importancia de la población reproductora de tórtola europea en España para el conjunto de la población migrante a través de la ruta migratoria occidental, estos resultados adquieren una relevancia europea y confirman, según los investigadores, la designación del estado de conservación de la especie como «vulnerable».
En nota de prensa, la universidad ha explicado que los investigadores han desarrollado además un modelo de favorabilidad ambiental basado en datos de presencia y ausencia de la especie en relación a variables topo-climáticas y de usos del suelo (tipo de hábitat), tomando cuadrículas UTM de 100 kilómetros cuadrados como unidad de medida. Finalmente, han evaluado si las tendencias poblacionales varían en el espacio en función de los usos de suelo o de la favorabilidad ambiental.
La favorabilidad de un área concreta de la geografía española para albergar a la tórtola europea estuvo explicada tanto por las características topo-climáticas como por el tipo de hábitat, aunque la importancia del hábitat era mayor. Existen zonas muy favorables en numerosos lugares de la geografía española, mientras que las zonas menos favorables estaban en zonas montañosas y a lo largo de la costa Atlántica. Las zonas más favorables tenían en el año 2000 mayores densidades de tórtola.
Los análisis realizados muestran que el declive poblacional de la tórtola europea ha sido especialmente severo en las cuadrículas con condiciones menos favorables para la especie, lo que podría indicar una redistribución de la tórtola desde las zonas desfavorables a las favorables conforme el declive poblacional de la especie «deja hueco» en las zonas más favorables para que sea ocupado por individuos procedentes de zonas desfavorables, o bien que la degradación del hábitat ha sido más marcada en zonas desfavorables.
Finalmente, los investigadores han evaluado si las tendencias poblacionales varían en el espacio en función de los usos de suelo o de la favorabilidad ambiental. En este sentido, el trabajo muestra que la variación espacial en las tendencias poblacionales está asociada al hábitat: las zonas donde las poblaciones han declinado más se caracterizan por la abundancia de hábitats arbóreos como los bosques de pinos, vegetación esclerófila o las zonas de bosque de transición, mientras que las poblaciones en hábitats agrícolas son más estables o incluso han aumentado en zonas con vegetación agrícola compleja.
De este modo, las tendencias positivas en zonas con vegetación agrícola refuerzan la importancia de la agricultura extensiva para esta especie; mientras que los declives asociados a hábitats forestales pueden indicar que éstos se han modificado con el tiempo hacia una estructura vegetal más densa y homogénea, lo que limita mucho la presencia de áreas abiertas con una abundante vegetación herbácea que puedan ser aprovechadas por la tórtola para alimentarse.