«Este ayuntamiento está haciendo cambios drásticos en la gestión para evitar generar guetos. Invertir en lo social es invertir en la sociedad y que esta sea más próspera», resalta Ignacio de la Iglesia en declaraciones a Europa Press para LA CRÓNICA.
Para el responsable de la Concejalía de Bienestar Social desde 2019, lo fundamental es trabajar, sobre todo, en la prevención, porque «estar en riesgo de exclusión no es estar en exclusión aún. Cualquier persona puede ser un usuario de estos servicios del Ayuntamiento en un momento determinado», reflexiona.
De la Iglesia es especialmente entusiasta al destacar el trabajo de los educadores y trabajadores sociales y el de los auxiliares de Ayuda a Domicilio, a lo que cree que se no les ha valorado suficientemente durante la pandemia. «Ha sido un colectivo que no ha parado, que sufrió un desgaste muy grande y hay que reconocerles su trabajo», enfatiza.
Trabajo con la población gitana
De la Iglesia se siente especialmente satisfecho del programa ‘Avanza’, destinado al apoyo a la escolarización de niños de etnia gitana y a sus padres. Lo lleva a cabo el Ayuntamiento en colaboración con la Junta de Comunidades y el Fondo Social Europeo.
Trabajan con los padres por la mañana y con los niños en horario de tarde, y si bien antes solo se llevaba a cabo varios meses al año, ahora han dado un salto cualitativo y hay un seguimiento durante todo el año del alumnado, comenta De la Iglesia.
En cuanto al área de Mayores, si bien se ha duplicado el presupuesto, «toda ayuda es poca», ha abundado el edil, para quien se trata de un área «que aún debería crecer más».
La dificultad de alquilar un piso… e incluso una habitación en Guadalajara
La carencia de viviendas destinadas al alquiler y su alto precio, así como las exigencias que se plantean al inquilino dificultan, especialmente a los colectivos más vulnerables, acceder al alquiler de viviendas. A pesar de los muchos pisos vacíos en la capital alcarreña , cada vez son más numerosos los que sólo pueden optar a alquilar una habitación, con un precio medio de 350 euros: «La gente no puede permitir otra cosa», resalta. Y eso le pasa al propio Ayuntamiento: «Muchas veces no encontramos viviendas para meter a algunas personas que la necesitan y hay que recurrir al alquiler de habitaciones», admite, tras recordar el convenio de 30.000 euros que el Ayuntamiento tiene suscrito con GuadaAcoge para ayudar en el pago de estos gastos.