Hay abrazos que son delito. No tiene nada que ver con una supuesta enemistad del que los propina, sino precisamente con la falta de conocimiento que la víctima tiene del abrazador, que suele ser abrazadora.
LA CRÓNICA ya ha dado cuenta de estos robos al descuido, pero parece que hay que seguir insistiendo, a propósito de un nuevo caso conocido en Castilla-La Mancha.
La Guardia Civil detenía el pasado día 2 de julio a una mujer de 23 años de edad como supuesta autora de un delito de robo con violencia, cometido el pasado mes de abril en Mota del Cuervo.
Los hechos tuvieron lugar el 20 de abril, cuando la víctima se encontraba en la entrada de un local de la localidad, momento en que se le acercó una mujer abrazándole efusivamente.
Ante lo insólito de la situación, el hombre se percató de que le había sustraído una cadena que llevaba al cuello, por lo que la sujetó del brazo, instando a un conocido a llamar a la Guardia Civil.
A gritos para escapar
En el transcurso de la situación, la mujer llamó por teléfono y cuando finalizó la llamada se zafó del agarre de la víctima, dándole un empujón y tirándole al suelo; tras lo que salió corriendo junto a un hombre que estaba en las inmediaciones del establecimiento. La víctima, con problemas de movilidad, presentó lesiones leves por la caída, sin precisar atención médica.
Durante la fuga, un viandante pudo parar a la mujer, pero esta se puso a gritar y logró huir por las calles del pueblo, aprovechando la confusión creada por la situación.
Tras una investigación, se pudo averiguar que la supuesta autora de los hechos pudiera estar residiendo en El Provencio y así es como fue detenida.