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19 noviembre 2024
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Hay 3 que no van a seguir cultivando marihuana en El Casar (por ahora)

A los detenidos en El Casar, junto a otros 52 de la misma banda, se les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, delito de tráfico de drogas con cultivo o elaboración, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico.

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La Guardia Civil ha detenido a 55 miembros de una banda dedicada al cultivo de cannabis en Madrid, Toledo y Guadalajara.

En lo que se refiere a esta provincia, se ha llevado a cabo un registro en una vivienda de la urbanización «El Coto», de El Casar. Allí se desmanteló una plantación de marihuana y se detuvo a tres personas, dos hombres y una mujer, con edades comprendidas entre los 27 y los 39 años.

En la operación se han intervenido 15.445 plantas de cannabis sativa en avanzado estado de desarrollo, 70 kilogramos de cogollos secos, seis armas cortas, tres armas largas, abundante cartuchería de diferente calibre, nueve armas blancas, dos pistolas táser, dos vehículos de alta gama y 11.000 euros en efectivo.

La operación se inició en febrero del pasado año, a raíz de una intervención de plantaciones de marihuana realizada en la localidad de Layos (Toledo).

Fruto de esta intervención, la Guardia Civil ha desarrollado un operativo con 36 registros en diferentes localidades de Madrid, Toledo y Guadalajara, para localizar y detener a todos los integrantes de la organización dedicada al cultivo de cannabis.

A los detenidos se les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, delito de tráfico de drogas con cultivo o elaboración, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico.

PLANTACIONES EN SUS PROPIAS VIVIENDAS

Los miembros de esta banda seguían un modus operandi común, consistente en el cultivo «indoor» de alto rendimiento de cannabis sativa. Dichas plantaciones eran instaladas tanto en sus propias viviendas, como en otras propiedades arrendadas con el mismo fin.

Los laboratorios estaban altamente especializados y utilizaban medidas de alta seguridad para evitar ser detectados por los cuerpos policiales, según indica la Guardia Civil. Asimismo, utilizaban métodos sofisticados para pasar desapercibidos tanto en el consumo eléctrico, como por los ruidos o los olores.


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