Desde este miércoles en Guadalajara se sienta en el banquillo un vecino de Azuqueca de Henares por degollar, en diciembre de 2017 y tras una fuerte discusión, a su mujer de 37 años de edad. Los trágicos hechos ocurrieron en el baño de la vivienda familiar y en presencia de sus hijos. La acusación particular ha pedido para el procesado una pena de 33 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, mientras que la defensa ha solicitado su libre absolución.
Así se ha puesto de manifiesto en la primera jornada de la vista con jurado popular que desde este miércoles se sigue en la Audiencia Provincial de Guadalajara y que se prolongará previsiblemente durante una semana, hasta el 11 de marzo.
Todas las partes han expuesto sus alegatos iniciales en esta primera sesión, incluidas también la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Instituto de la Mujer, que se han personado por separado en la causa.
La acusación particular ha justificado su petición de pena de 25 años por asesinato con alevosía y otros tres años y medio por dos delitos de lesiones psíquicas a dos de los niños, a los que ha añadido un tercer año por otro delito de menoscabo psíquico al tercer menor, que se encontraba en la casa cuando ocurrieron los hechos, concurriendo también los agravantes de género y parentesco.
Por su parte, la letrada del Instituto de la Mujer ha pedido 25 años para el acusado por un delito de asesinato con el agravante de género, misma pena que ha solicitado la abogada de la Junta, que representa al hijo que la pareja tenía en común y al que tiene en situación de acogida. Entiende que en los hechos concurren el ensañamiento y el agravante de parentesco y no percibe que hubiera alteración psicológica alguna en su manera de actuar sino que fue un «ataque sorpresivo».
LO HIZO DE MANERA VOLUNTARIA
Mientras, la Fiscalía, que ha pedido 30 años de prisión para el proceso, ha insistido en su alegato inicial en su petición de asesinato con alevosía que ha justificado en que el acusado «era capaz y consciente» de lo que hizo «de una manera voluntaria» y que no tenía la voluntad anulada.
Desde la defensa se ha solicitado para el procesado la libre absolución, entendiendo que se dan eximentes y atenuantes por el hecho de haber confesado y, en caso subsidiario, ha pedido su calificación como un delito de homicidio, entendiendo que los informes psicopatológicos que se le han realizado diagnostican en él un «trastorno de inestabilidad emocional y de la personalidad» en el momento en que se produjeron los hechos.
Además, el letrado del procesado ha hecho hincapié en el «carácter violento y agresivo» de ella y ha apuntado que la víctima le había agredido también con un cuchillo.
Está previsto que el procesado, J.A.M.G, sin antecedentes penales y casado desde hacía aproximadamente dos años con Arancha F.B., preste declaración este jueves.
Los hechos, según el relato del fiscal, tuvieron lugar el 28 de diciembre de 2017 en una vivienda de la calle San Miguel de Azuqueca. Allí, el acusado, de 40 años, tras retomar una discusión que había mantenido con la víctima, la siguió hasta el baño y la degolló cuando se encontraba «arrinconada y desprevenida» y cuando sus hijos estaban apenas a unos metros de distancia. El acusado, después de asesinar a su pareja, intentó quitarse la vida.
La pareja tenía un hijo en común de 14 meses y la víctima además tenía dos hijos, un niño de entonces 12 años y una niña de 9, que se encontraban en el domicilio cuando ocurrieron los hechos. Ambos menores fueron atendidos de urgencia por el equipo de intervención psicológica de Cruz Roja y, posteriormente, por el servicio municipal de atención psicológica a menores víctimas de violencia de género y el Centro de la Mujer del municipio.