En 13 y martes acudió este mes de agosto el primer teniente de alcalde, Rafael Pérez Borda, a recorrer la ribera derecha del río Henares, a su paso por Guadalajara.
El edil, todavía casi estrenando su cargo, ha defendido que la intervención sobre la ribera del río Henares, pese a haber sido "un paso más para la integración del río Henares en la ciudad", "debería haber sido menos agresiva y más amigable con el medio ambiente".
"Hubiéramos preferido que se hubieran utilizado en su ejecución materiales mucho más adecuados con el entorno del río", según señaló ese día Pérez Borda. Le acompañaron el concejal de Obras y Parques y Jardines, Jaime Sanz, junto con técnicos municipales y representantes de la empresa responsable de la ejecución del proyecto, toda vez que el Ayuntamiento de Guadalajara ya ha formalizado la recepción de las obras de recuperación de la margen derecha de la ribera del Henares, que han afectado a un tramo de algo más de 1,4 kilómetros de la zona comprendida entre el puente Árabe y el de la calle Julián Besteiro.
Entre otras modificaciones del entorno, se ha habilitado una mejor senda peatonal de 1.487 metros de longitud y 2,5 de anchura, se han arreglado caminos que conforman el corredor verde del entorno y se han habilitado zonas de ocio, merenderos, miradores y zonas de juegos infantiles. Además, se han realizado siembras y plantaciones de diversas especies vegetales. También se ha adecuado la ladera de la mota y se han instalado toboganes de mayor longitud que los habituales, de dos diseños diferentes. El proyecto se ha completado con la instalación de elementos de iluminación y señalización diversa. De todo eso, damos cumplida cuenta en las 69 fotografías de nuestra galería gráfica, que recomendamos encarecidamente vean los lectores de LA CRÓNICA.
A más de mil euros euros el metro
¿Y el precio de todo esto? Millón y medio de euros, un elevado importe del que el Ayuntamiento sólo paga la quinta parte, ya que el resto corre por cuenta de la Unión Europea. A más de 1.000 euros el metro lineal de nuevo parque que con todo esto se ha conseguido.
Días antes, el 8 de agosto, casi en el mismo punto, el ya concejal del PP en la oposición Jaime Carnicero reclamaba al actual alcalde, Alberto Rojo, que "de manera inmediata" se ponga a trabajar para que estas obras puedan llegar hasta la finca de Castillejos en una segunda fase y en una tercera hasta el barrio de Manantiales.
De hecho, en su fallida campaña electoral, Antonio Román anunció que aspiraba a recuperar esos dos tramos más de la ribera del río Henares e instalar una pasarela que conectase La Chopera con la Avenida Pedro Sanz Vázquez. Ahora, como senador, todo eso queda fuera de sus responsabilidades más inmediatas.
La primavera pasada, en la presentación de su candidatura a la Alcaldía y con Page como testigo, Alberto Rojo abogaba por una ciudad por una ciudad en la que "no se adoquine el río Henares". Deberá ser aguas arriba, en todo caso.
Un proyecto y una ejecución muy polémicas
El anterior equipo de gobierno municipal insistió en todo momento en que el proyecto se estaba ejecutando bajo la supervisión de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que velaba por que el mismo se realizase conforme a lo autorizado. De hecho, personal de la CHT visitaba con frecuencia la zona de actuación, el casi kilómetro y medio donde ha trabajado la UTE S.A.V-Obremo.
La penúltima protesta "in situ" se llevó a cabo el pasado mes de febrero, a instancias de Ecologistas en Acción y el grupo WWF de Guadalajara. Fue una manifestación con escaso eco, de la que dejó constancia en su día este diario. Ambas organizaciones denunciaban que el proyecto tenían un coste "desproporcionado", que duplicaba equipamientos; una obra innecesaria que "desnaturaliza el río" y no es "nada sostenible". "También, es ajena a la normativa y pone en peligro la cofinanciación europea", insistían. "La intervención supone una gran modificación del proyecto inicial, no cumple con los objetivos ni con los requisitos de participación que marcan los fondos EDUSI", enfatizaban.
Más cerca en el tiempo, voluntarios de WWF organizaron el 14 de julio limpiezas de residuos en la ribera de 12 ríos en distintos puntos de España y, entre ellos, el Henares a la altura de La Chopera. Fue un acto de protesta con un cartel que simulaba la señalética del río pero que llevaba por nombre 'Badurrio Henares'. Con esta palabra, inventada por WWF, se busca denunciar que los ríos, tal como lo conocíamos, han dejado de existir, porque en la actualidad están en mal estado. Los 'badurrios' serían aquellos ríos que llevan menos agua y de peor calidad, y además no son capaces de proporcionar todos los servicios fundamentales que nos proveen los ríos en buen estado como, por ejemplo, la depuración natural de las aguas o la recarga de los acuíferos que nos dan de beber.
En el caso del Henares, el cauce sigue siendo a su paso por la capital alcarreña la misma selva de siempre con el escaso caudal de costumbre, que viene regulado por la presa de Beleña, de donde beben varios cientos de miles de personas, entre ellos los habitantes de Guadalajara y Alcalá.
Durante las obras de la polémica, el Ayuntamiento aseguró este invierno que se habían retirado 400.000 kilos de basura en los terrenos donde se ha intervenido, mucho más que cualquier campaña con voluntarios. Allí se encontró incluso una lavadora.
En cualquier caso, de eso y de las quejas preventivas de políticos y ecologistas ya apenas queda más recuerdo que las noticias de LA CRÓNICA, que se pueden consultar en los enlaces adjuntos.