Desde el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo consideran que el uso de halcones es una buena estrategia para controlar la superpoblación de palomas que sufre el municipio desde hace años. El método se aleja un tanto de lo que puso en marcha la capital de la provincia con cierta constancia durante el anterior mandato, cuando se llegó a limitar el número de estas aves por el simple procedimientos de capturarlas con cebos y jaulas. No falto tampoco el usó de rapaces justo antes de las elecciones. Guadalajara sufre una evidente sobreabundancia de palomas en sus calles, no solo en los parques.
No tiene nada que ver lo puesto en marcha en Cabanillas con el sistema utilizado por el Ayuntamiento de Madrid para las cotorras, eliminadas en un número indeterminado a tiro limpio en algunos parques, con el consiguiente escándalo de las asociaciones animalistas y de muchos particulares. En Azuqueca también se las han tenido seriamente con las cotorras en 2021, con otro planteamiento.
«Ante los buenos resultados obtenidos en primavera, la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cabanillas ha decidido intensificar e incrementar el número de vuelos de halcón y águila» para ahuyentarlas en lo posible. Un cetrero profesional está realizando periódicamente esta tarea por la localidad, «este año especialmente abundante respecto a otras temporadas», según reconocen desde la propia Corporación cabanillera.
Ahuyentar y enjaular las palomas
Esta técnica consiste en que el cetrero selecciona zonas afectadas y manda a sus rapaces a realizar vuelos cortos. Esto sirve para ahuyentar a las palomas de la zona donde se encuentran, aunque no termine con ellas. La medida se complementa con la instalación de media docena de jaulas trampa, que están repartidas por distintos tejados de edificios municipales y que, eso sí, las lleva a otros destinos.
En el municipio de Cabanillas es muy visible también una creciente población de mirlos e incluso de urracas, estas últimas una novedad aún reciente pero especialmente llamativa.