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22 noviembre 2024
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Ha muerto Julio Arroyo

A las ocho de la tarde de este 6 de febrero se oficiará una misa funeral por el alma de Julio Arroyo, para acto seguido proceder a la incineración de sus restos.

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Desde las 10 de la mañana de este sábado está instalado en la sala 2 del Tanatorio de Guadalajara el velatorio de Julio Arroyo de la Cruz. Muy conocido y apreciado en la capital alcarreña, fallecía este viernes tras una larga convalecencia. A las ocho de la tarde de este 6 de febrero se oficiará una misa funeral, para la posterior incineración de sus restos. El acompañamiento a la familia está condicionado por las normas del COVID. También es posible expresar las condolencias a través de la web de Mémora.

Para quienes conocimos a Julio Arroyo en sus años de más intensa actividad, tan dolorosa como la noticia de su muerte ha sido la confirmación de su última etapa de postración, limitados sus movimientos a su domicilio. 

El Ayuntamiento de Guadalajara estará sometido a un mayor control económico. (Foto: La Crónic@)
Fachada del Ayuntamiento de Guadalajara. (Foto: La Crónic@)

Julio, que había nacido el 2 de agosto de 1948, siempre cruzó la Plaza Mayor con pasos rápidos en su década como concejal, aquellos ochenta del siglo pasado que fueron un revulsivo para modernizar Guadalajara. Todo lo hacía como si llegara tarde. Por eso hizo tanto. Como delegado de Servicios Municipales, tan pronto estaba en su despacho del Centro Cívico como en el de Alcaldía y, sobre todo, en cualquier parte de la ciudad en razón de sus competencias, que eran casi inacabables: Cementerio, Mercado, Matadero, Limpieza, Aguas y Electricidad…

Eran tiempos aquellos en los que el concejal Bris podía preguntar en un pleno por el penúltimo corte de agua… que entonces eran una auténtica maldición municipal. Con los años, Julio Arroyo presidiría también la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, cuando las oficinas compartían octava planta en Francisco Cuesta con Radio Guadalajara. Mucho ha llovido y mucho se ha embalsado desde entonces, también gracias a él y a sus desvelos para que Guadalajara y el resto de municipios mancomunados recibieran lo que en justicia les correspondía.

Julio Arroyo fue siempre un concejal hiperactivo, con Irízar al frente y en los años de Ricardo Calvo, Fernando Planelles, Luis Sevillano… Como empresario mantuvo su negocio de suministros para la hostelería con el mismo espíritu incansable: ni cuando te recibía en la trastienda paraba quieto, entre frases cargadas del sentido común que nunca le faltó. Y hasta cuando se equivocaba lo hacía con buena intención, algo que no todos podían decir en aquellos ya lejanos años.

Descanse en paz, Julio Arroyo de la Cruz.

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