Ha sido visto y no visto. Poco antes de las cuatro de la tarde, las nubes que amenazaban tormenta y cubrían el cielo sobre la capital de la provincia han descargado. Apenas tres o cuatro minutos… y en forma de lo que parecía nieve. O, por hablar con propiedad, granizada de pequeño calibre, que recordaba en buena medida a un fenómeno anterior, ya comentado.
Acompañado de truenos y relámpagos, el inusual fenómeno meteorológico (por su repentina y corta duración) ha tenido como efecto que aceras, coches y calzadas se cubrieran de inmediato de un manto blanco.
Mientras los que se asomaban a las ventanas compartían la belleza del inesperado paisaje, los conductores sorprendidos por la meteorología tenían que extremar la precaución.
Las complicaciones al volante eran especialmente evidentes en las cuestas que salpican la capital alcarreña. Por ejemplo, en la calle Constitución, donde los vehículos patinaban y ponían en apuros a algunos vehículos mientras los que venían en dirección contraría bastante tenían con desear que no hubiera ningún choque:
LA CRÓNICA ya había alertado a primera hora del sábado de las previsiones de Aemet para esta jornada y la del domingo.
Y después de todo lo anterior, un sol radiante salió de inmediato y la nieve se empezó a deshacer de forma inevitable. Los lectores de nuestro diario, eso sí, pueden recordarlo con esta información.