El candidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vuelto a solicitar la confianza del electorado para el próximo domingo, porque es «muy importante» que ese día todos los proyectos que están en marcha puedan continuar. Ha augurado que la cita electoral puede traer «sorpresas» porque «hay ola». «Creo que va a ser un punto y seguido y que vamos a seguir».
Ese día «mucha gente se va a alegrar de que no ganen los suyos«, ha continuado García-Page, durante un acto público este jueves en el auditorio del Palacio de Congresos de Albacete, junto al alcalde y candidato a la reelección, Emilio Sáez, y el expresidente regional, José Bono.
«Sería muy grave pensar que toda la gente que vota al PP sea como sus jefes. Esto me deprimiría», ha reflexionado Page, convencido de que los dirigentes ‘populares’ «no están a la altura de sus votantes». Él, por el contrario, disfruta de que se les vote por lo que va a hacer pero más cuando les votan «por cómo somos».
Por ello, García-Page ha solicitado la confianza de todos y el voto «con cariño y a cuerpo gentil» porque «podemos parar los pies a que haya un vicepresidente de Vox en Castilla-La Mancha».
En este sentido, ha recalcado que el domingo «puede haber sorpresas», pero aunque ha reconocido que «las campañas las carga el diablo», ha explicado que la realidad es que hay que «generar ola». Dicho esto, ha señalado que la suerte es lo que quiere el candidato del PP, Paco Núñez. «Yo quiero votos».
«Me va a llenar de orgullo enorme ganar el domingo, pero ni siquiera siendo al contrario, nadie me va a poder quitar el orgullo», ha comentado, de haber llegado al final de la campaña después de la crisis «dura» del COVID, y decir que ha cumplido su programa electoral.
García-Page ha iniciado su intervención con un reconocimiento para Cristina, una chica «tremenda, sordomuda» que compite a caballo en España y, aprovechando que se encontraba entre los asistentes, ha apuntado que su intención es que los educadores, sanitarios y trabajadores sociales de la región «atiendan a todo el mundo».
Bono y la furgoneta de Otegi
Bono ha tomado la palabra para pedir al PP que retire los camiones en los que pasea la imagen de García-Page junto a la del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi –«maestro e impulsor de asesinatos», debajo de la cual se ve la firma de Nuevas Generaciones del PP.
«Me produce extraordinaria vergüenza que esto ocurra», ha declarado y más cuando, como ha confesado, Emiliano García-Page llegó a ser objetivo de ETA, tal y como le comunicó hace años la Policía tras descubrir un piso franco en el que se encontró documentación sobre dos consejeros de su Gobierno.
«¿Cómo puede tener la poca dignidad de que, a quien ETA le tenía en el foco, el zulo, la documentación, ponerlo en una furgoneta para ganar cuatro votos?», se ha preguntado, pidiendo «por favor» al líder del PP, Paco Núñez, «que tiene 24 horas todavía para ordenar dignamente que se retiren esas furgonetas. Si lo hace, se lo voy a agradecer», ha asumido, pues ha reconocido que esa furgoneta «de ignonimia» le «llena de indignación».
Ha comenzado su intervención recordando que ahora se cumplen casi 20 años desde que dejó la Presidencia de Castilla-La Mancha. «Fuimos pioneros», ha reseñado, destacando que la región fue de las primeras en aprobar las listas cremallera y la declaración de bienes de altos cargos.
Acordándose del que fue su amigo y mano derecha, Cristóbal Rozalén, en el primer mitin que da desde su fallecimiento, se ha referido al hecho de que el alcalde de Albacete, Emilio Sáez, fue subcampeón del mundo de eslalon en silla de ruedas, y a cómo en una recepción con él la medalla de plata que había obtenido se quedó olvidada en la sede de la Presidencia regional. Bono ha querido solventar esa pérdida, muchos años después, regalándole a Sáez la medalla de oro de la Comunidad Autónoma que él había donado a su pueblo.
El expresidente ha traído otro regalo para el propio Emiliano García-Page, un reloj que le regaló una persona del Partido Popular y que ha «mantenido en secreto durante varios decenios» para que el candidato socialista pueda acordarse de ellos y de su presidente, ensalzando la «paz cívica, alejada de cualquier odio político» que representa Emiliano García-Page.